En mi libro La literatura española en el exilio; Agustín Argüelles Manso, un niño de la guerra asturiano en la URSS, pueden encontrar las Memorias que escribió.
En ellas, nos habla de que tuvo que salir, cuando era un niño, de su Asturias natal y exiliarse, junto con su madre y hermana, en la antigua Unión Soviética.
En 21 ocasiones cita a Kyiv, donde había una colonia de niños españoles expatriados.
Seguí trabajando y preparándome para ingresar en un instituto. En 1953 empecé a estudiar en el Instituto pedagógico de Kiev. Hermosa ciudad la capital de Ucrania. La Kievskaya Rus (la Rusia de Kiev) era antiguamente una especie de Meca. Está impregnada de Historia. Hay muchos monumentos arquitectónicos, como la catedral de Santa Sofía y el monasterio Pechersky. De por aquí era Taras Shevchenko; en Kiev vivió este poeta rebelde, indómito Murió en San Petersburgo, y más tarde fue enterrado a las orillas del Dnieper. Como pedía él en su Testamento:
Cuando yo muera, enterradme
en una tumba allá arriba,
sobre un cerro que domine
toda mi tierra querida.
Que inmensos campos se vean,
y al Dnipró con sus colinas
que se le vea y se oiga
cómo ruge y cómo grita.
Cuando el Dnipró desde Ucrania
al mar azul lleve en clamor
de todos los enemigos la sangre,
entonces yo dejaré la fría tumba
y he de volar hasta Dios
para rezar. Y antes de esto
a Dios no reconozco yo.
Y después de sepultarme
alzaos, romped las cadenas,
rociad con sangre enemiga
la libertad, que es tan vuestra.
Y a mí en esa gran familia,
la familia libre, nueva,
no me olvidéis, recordadme
con palabras dulces, buenas ...
(Traducción de Agustín Argüelles)
Hay que decir que Kiev es una ciudad en la que viven muchos judíos. Si en las ciudades que estuve no se les siente hablar en voz alta el yidish, aquí sí. En la fábrica Zaporoshstal o en la empresa de aluminio, trabajaban muy pocos judíos como simples obreros. En la ciudad de Zaporozhie, por lo general, se dedican al comercio. Aquí pasa otro tanto. Si, por ejemplo, cuando el asunto aquel de los médicos que asistían a Stalin, en Zaporozhie se leían pintadas de “Biei shidov, spassi Rossíu” (Duro con los judíos y salva a Rusia), en Kiev no hubo nada de eso.
Cortejo una muchacha de mi curso, jovencita. Acaba de terminar la escuela; o sea, que no tiene más de 18 años.Se llama Galina Yermolaieva y es de aquí, de Kiev. Su padrastro es teniente coronel de tanques. Vive Galina con su madre y un hermanastro y con el teniente coronel.
Nos pasamos un mes de veraneo en los alrededores de Kiev. El grupo de chavales que me tocó a mí y a una chica que hacía de monitora de pioneros era una tribu de bárbaros. Gracias a Dios que figuraba Gerardo entre ellos.
Hay otro asturiano, José Antonio González, que nació en Oviedo. Terminó la Escuela de Arte y cerámica de Kiev. Trabaja en Kiev, tiene hoy muchas obras en exposiciones y museos: Museo de Lavra en Kiev, en exposiciones mundiales: Canadá, Egipto, Leipzig y en la exposición de adelantos de la URSS. Está preparando la repatriación de su familia (esposa y dos hijos)
José Antonio me escribe desde Kiev a menudo. La última la encabeza así: Asturias, patria querida / yes el trabayu y el llar /xuntai les nuestres banderes/ cantemos la llibertá.
De Odesa habla en cuatro ocasiones.
Su madre vive en Crimea, a donde a a visitarla y acaba viviendo allí.
En casa de Rufino no se aburre nadie. Incluso Raquel, la hija de Carmen y Rufino, compañera de mi madre en los sovjoses de Crimea y que yace atada al lecho hace muchos años, pasa con alivio esta desgracia al lado de su padre.
Después, hasta el año 47, en la fábrica 45 de Moscú, y luego Jesús Saiz me mandó para Crimea, a trabajar en el sovjos.
Mi padrastro, Andrés Contreras, fue desmovilizado del ejército y se fue a trabajar a Crimea. Al cabo de poco tiempo, se fueron mi madre y mi hermano Gerardo.
Me escribe mi madre desde Crimea. Este verano del 46 voy a ir a verla. Vive en Simferópol. Andrés, mi padrastro, trabaja en una empresa.
Recibo una carta de mi madre en la que me dice que Andrés está enfermo y que, si quiero, que me vaya con ella a Crimea. Viene Tamayo de un recorrido nocturno. “¿Te vas?” “Sí, me voy con mi madre a Crimea”.
Andrés se repuso. Estaba dispuesto a volver a Simferópol. Hace ya varios domingos que juego en el equipo de Bielogorsk, en el Spartak. Seguramente hago buen papel porque el alcalde llama al director del sovjos para que me libere de vez en cuando del trabajo. Viajó a Simferópol, Sebastopol (ciudad cerrada), Kech, Fedosia, Dzankoi y otras, el campeonato de Crimea.
Viven en Simferopol, donde , además de trabajar. juega al fútbol.
Andrés se fue a Simferópol y se colocó en una empresa. Le dieron un cuarto. Recogimos la cosecha de nuestro huerto, los trastos, los cargamos en una camioneta y nos fuimos a vivir a Simferópol. Me coloqué en una empresa donde hacían aparatos eléctricos. Al mismo tiempo, jugaba al fútbol en el Spartak de Simferópol.
Me escribe mi madre desde Crimea. Este verano del 46 voy a ir a verla. Vive en Simferópol. Andrés, mi padrastro, trabaja en una empresa. Viven en una casa que tiene habitación y una sola ventana, cegada con tablas. Como por allí pasaron los alemanes, hay muchas destrucciones. El mes pasado lo pasamos mal. Le metí a tu hermano Gerardo, tiene 6 años, en la bolsita de pan las cartillas y una mujer le engañó miserablemente y se las robó.
Vive, trabaja y juega a fútbol en Zapo fútbol en Zaporozhie:
Un día vino diciendo que se marchaba a la región de Zaporozhie, a una pequeña ciudad llamada Bolshoi Tomac, que iba a entrenar al equipo de una empresa constructora de motores diésel navales. A principio del año 49 recibí una carta de él en la que me decía que había hablado con el director de la empresa acerca de mí, que este señor era un gran aficionado al fútbol y que incluso me había prometido un apartamento. “Tú, déjate de historias y trabaja aquí. Nuestra situación mejora”, me decía Andrés, “ese Teliak me parece un tipo aventurero”. “Mire, ya que me llama, voy yo solo, estudio del asunto y el lugar”.
En el mes de abril recibo una invitación oficial y dinero para el traslado.
Con un atillo de ropa usada, pantalón bombacho de deportista, llegué a Bolshoi Tomac.
Me dieron residencia en el hotel Metalurg, perteneciente a la empresa Zaporoshtal. Jugaba al fútbol y estudiaba. Había escrito una carta a Moscú para lo de la beca. Nadie contestó ni al instituto ni a mí. Estudié unos tres meses, recogí los documentos y me coloqué en la empresa Zaporoshtal. En esta época me ayudaron mucho dos españoles (habían venido a la URSS a estudiar como pilotos, pero terminó la guerra de España y se quedaron aquí) que también jugaban en el equipo: Ortega, madrileño, y Esmeralda, extremeño.
Yo trabajaba en el taller de laminación supervisando la calidad del acero que salía del tren laminador.
Al poco tiempo pasaron a vivir a Zaporoshie mi madre y Andrés y mi hermano. Mi padrastro se colocó también en la misma empresa, en el taller de aparatos de precisión. El director le proponía el puesto de mecánico en el garaje de la fábrica, pero Andrés no quiso por el problema del idioma.
Tenía un mes por delante, julio, e iba a pasarlo a casa de mi madre, a Zaporozhie.
Además de su vida en Ucrania, tradujo a Shevchenko y a Frankó, autores de los que encontrarán una selección de poemas.
El libro lo pueden adquirir en Amazon. Como en el caso de mis otros libros de temática ucraniana, los beneficios se destinan a un proyecto humanitario en Ucrania.
Estos son los otros cuatro libros que he escrito sobre Ucrania: