jueves, 28 de julio de 2011

joaquín costa en biescas



Ayer, día 27, participé, como el año pasado, en la Semana Cultural que organiza el Ayuntamiento oscense de Biescas. Ante un auditorio repleto dicté la conferencia "Joaquín Costa, una voz para tiempos de crisis"

martes, 19 de julio de 2011

nº 59 de la gaceta cultural del ateneo de valladolid

CELAYA, ESENCIAL
Quiero titular este artículo con el mismo título que el libro que acabo de publicar sobre Gabriel Celaya, y que se puede encontrar en www.elkar.com. Y lo hago porque Celaya fue esencial para entender la sociedad en la que vivimos. A pesar de que tanto el Gobierno Vasco como el Gobierno de España , ambos presuntamente de izquierdas a fuer de ser socialistas, han ignorado el centenario del nacimiento de un hombre de izquierdas que fue, junto con Blas de Otero, el abanderado de la “poesía social”; es decir, de la poesía comprometida con los problemas del hombre de la calle, he procurado, tanto a través del libro que he editado como mediante este artículo, revivir la memoria de esta persona que definía su ser de poeta como “encontrar en otros la propia vida”, que quería pedir “pan, justicia, libertad, esperanza” y que declaraba que “mientras haya en la tierra un solo hombre que cante,/ quedará una esperanza para todos nosotros”.
El 18 de marzo de 1911 nació en Hernani (Guipúzcoa) un niño al que bautizaron como Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta Cendoya y que posteriormente será conocido como Gabriel Celaya.
Estudió en el colegio que los Marianistas tienen en San Sebastián. Sus tiempos de estudiante vienen reflejados en el poema:
Biografía

No cojas la cuchara con la mano izquierda./No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta./Eso, para empezar.

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece./Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?/Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero./Eso, para seguir.

¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?/La cultura es un adorno y el negocio es el negocio./Si sigues con esa chica, te cerraremos las puertas./Eso, para vivir.

No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto./No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay sí, no respirar! Dar el no a todos los nos./Y descansar: Morir.

En 1922 reside temporalmente en Pau (Francia) y en El Escorial, debido a problemas de salud. En 1927 termina el bachillerato en San Sebastián. Al año siguiente, se traslada a Madrid, para estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad. Vive en la Residencia de Estudiantes. Ocupa la habitación nº 6 del tercer pabellón que había sido ocupada previamente por Salvador Dalí y Federico García Lorca. Inicia una "Historia General del Teatro", obra inacabada. Recordará ese periodo de su vida en este poema:
Mi residencia de estudiantes
Sin sentir, nos armaron hombres y aquí seguimos/como nos enseñaron, durando contra todo,/llorando, mas también mordiéndonos los puños,/mordiendo mucha muerte, mas clavando los codos,/trabajando, mostrando que somos los de siempre,/y hablando por España como un oculto coro.
¡Mi vieja Residencia! ¡Mi España siempre activa!/¡Mi verdad golpeante que no es sólo un recuerdo/nostálgico, adornado de glorias arrastradas,/sino algo siempre claro como espejo y ejemplo!/Porque si fuimos fruto de un árbol bien plantado,/también somos semilla de un nuevo crecimiento
Entre 1927 y 1935 cursó la carrera de ingeniero industrial .En 1932 empieza a escribir los poemas de "Marea del silencio" y lo publica en 1935, con el nombre de Rafael Múgica.
Este es el poema que abre el libro:
Pasarán gaviotas veloces, altas gaviotas,/sobre casas de cristal, terrazas de cristal,
donde muchachas blancas/tocan los pianos de cristal.

Pasará una brisa de algas y mar/por el pinar de cristal,/por las grandes avenidas,/por las calles,/por las plazas/de la ciudad de cristal.
Pasará una brisa leve/mientras las blancas muchachas/mueven sus brazos en alto y a compás.

Pasarán nubes lentas y blancas/por el cielo de cristal,/sobre mares de cristal,/cuando muchachas blancas entornando los ojos/hagan con su silencio la hora de cristal.

Por el aire transparente,/por mis ojos transparentes,/pasarán las lentas nubes del silencio,/las gaviotas del gozo,/la brisa,/lo eterno.

Y habrá blancas muchachas en el aire y en mis ojos,/y habrá un gozo sin sentido,
y un olor de inmensidad,/y frente al mar infinito/habrá terrazas, pinares,
una ciudad de cristal.
En 1936 obtiene el Premio del Centenario Bécquer, por su libro "La soledad cerrada". En la guerra civil española: participa como voluntario en el ejército republicano, siendo capitán de gudaris (soldados nacionalistas) en Vizcaya. Al caer Bilbao en poder de las tropas es hecho prisionero.
Posteriormente, se casa con Julia Cañedo, con quién tendrá dos hijos: Pilar y Luis Gabriel. Trabaja como gerente en la empresa familiar de San Sebastián. En 1944 se produce una crisis matrimonial y, al año siguiente, una enfermedad anímica le obliga a guardar reposo.
En 1946 publica "Tentativas" y conoce a Amparo Gastón. “En octubre de 1946 (el 8 de octubre, fecha importante para mí) conocí a Amparitxu Gastón. Nos entendimos enseguida; nos quisimos muy pronto; y esto fue para mí la resurrección. Salía, con su ayuda y su apoyo, del mundo elucubrante de TENTATIVAS a la difícil y sabrosa realidad. Y así, sin pensarlo demasiado, decidimos fundar una colección de poesía: NORTE. Y montamos una pequeña oficina en un rincón de la Parte Vieja donostiarra: Juan de Bilbao, 4, 3º.
NORTE, según pensábamos en aquel momento, debía ser un puente tendido por encima de la "poesía oficial" hacia los entonces olvidados poetas del 27, hacia la España peregrina, y hacia la poesía europea de la que el autarquismo cultural, y la dificultad de hacerse con libros extranjeros, nos tenía separados desde el fin de nuestra guerra. Por eso publicamos, entre los extranjeros, a Rilke, Rimbaud, Blake,. Y entre los españoles, a Leopoldo de Luis, Labordeta, Cela, Cremer, Bleiberg, . Lo que nosotros queríamos era romper un cerco: El estúpido cerco de la "poesía oficial". Y si después, con las visitas de Virgilio Garrote, Jorge Semprún, Eugenio de Nora y Blas de Otero, fuimos convirtiéndonos en uno de los primeros nidos de la "poesía social" fue porque el desarrollo de nuestra poesía así lo demandaba”.
El poeta nos habla de esa transición del tú al nosotros:
“Nada de lo que es humano debe quedar fuera de nuestra obra. En el poema debe haber barro, con perdón de los poetas poetísimos. Debe haber ideas, aunque otra cosa crean los poetas acéfalos. Debe haber calor animal. Y debe haber retórica, descripciones y argumentos, y hasta política. Un poema es una integración y no ese residuo que queda cuando en nombre de "lo puro", "lo externo" o "lo bello", se practica un sistema de exclusiones.
La Poesía no es neutral. Ningún hombre puede ser hoy neutral. Y un poeta es por de pronto un hombre.”
Es la poesía social, que tiene su máximo exponente en “Cantos íberos”, y en sus dos poemas emblemáticos: España en marcha y La poesía es un arma cargada de futuro.
En ellos pide salir “¡A la calle! que ya es hora/de pasearnos a cuerpo/y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo”. Y reivindica una “Poesía para el pobre, poesía necesaria/como el pan de cada día,/como el aire que exigimos trece veces por minuto,/
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.Rechaza “la poesía concebida como un lujo/cultural por los neutrales/que, lavándose las manos, se desentienden y evaden./
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”. Se siente “ un ingeniero del verso y un obrero/que trabaja con otros a España en sus aceros”. E indica que la suya “no es una poesía gota a gota pensada./No es un bello producto. No es un fruto perfecto./Es algo como el aire que todos respiramos/y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
“En los primeros años del sesenta, dirá el poeta vasco,, la llamada "poesía social" entró en crisis. Creo que esto se debía, más que al agotamiento de sus posibilidades, a la increíble difusión que logró pese a los malos auspicios con que había nacido. Al cansancio que produce cualquier corriente literaria dominante y a la proliferación de epígonos que, como ocurre siempre, acabaron por convertir en un cliché lo que había comenzado como un deslumbrante descubrimiento, debe añadirse que el clima de furor y esperanza en que había nacido la primera poesía social se había ido extinguiendo con el paso de unos años en los que no se produjo más cambio que el de una derivación de nuestro país hacia una incipiente sociedad de consumo. Una vez más pudo comprobarse cómo las superestructuras culturales dependen de la base socio-económica en que se producen. Así vimos cómo unos poetas que seguían creyéndose rebeldes al establishment fueron volviéndose acomodaticios”
En 1966 viaja a Cuba. Durante ese año, junto a Alfonso Sastre y el pintor Ricardo Zamorano, es condenado a pagar una multa de 50.000 pesetas por haber participado en una asamblea de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid. Acude a Baeza, para el homenaje tributado a Antonio Machado.
En 1967 publica "Poemas de Rafael Múgica" y "Lo que faltaba". Realiza su segundo viaje a Cuba invitado por Nicolás Guillén a asistir como jurado del concurso convocado por la Unión de Escritores y Artistas Cubanos.
En 1968 se le concede el Premio Internacional Etna Taormina por el conjunto de su obra poética. Viaja a Brasil para asistir a la inauguración de un monumento a Federico García Lorca. Participa en La Habana en el Congreso de la Cultura. Publica "Los espejos transparentes", incursión que realiza en el realismo mágico, y "Canto en lo mío".
En estos textos habla de su evuloción poética:“Intenté el experimentalismo a ultranza y la poesía concreta con "Campos semánticos", escrito un poco al margen de mi ensayo "Inquisición de la Poesía" (1972), que es algo así como un examen de conciencia y un estudio de las posibilidades de la poesía. Intenté entrar en el jazz, que me apasiona, con "Música de baile" (1967); y en una comprensión de la nueva juventud con "Operaciones poéticas" (1971). Pero nada de esto me satisfacía”
“La mejor expresión del problema que me preocupaba es "El Derecho y el Revés. Si en "Lo demás es silencio" (1952) me planteaba un conflicto interior entre el existencialismo y el marxismo, ahora, dentro de mí, enfrentaba al ingeniero y al mono o, digamos, a Prometeo y Epimeteo, al extrovertido y al introvertido, al activista y al quietista. Y si la ruptura con el existencialismo fue para mí tan difícil y dolorosa, por no decir tan incompleta, como lo había sido antes mi ruptura con el surrealismo, entendido como una concepción del mundo y no como una bisutería literaria, la separación del marxismo ortodoxo y militante supuso en mi vida un trauma no menos grave.”
“En 1969 publiqué "Lírica de Cámara"; y en 1973, "Función de Uno, Equis, Ene." ¿A qué apuntan estos libros? Al decepcionante reconocimiento de que el hombre no responde a los modelos humanistas que, desde el clásico hasta el prometeico-marxista, se nos han dado. Más allá de cualquier transfiguración, racionalización, revolución o transformación posible, "Lírica de Cámara" gira en torno a la constatación de que, como la Física Nuclear nos muestra, estamos sumidos en un mundo de estructuras que funcionan al margen de cuanto humanamente podemos comprender. Lo que llamamos "personalidad" (y no digamos individualidad o subjetividad) es una fantasmagoría sin sentido último”.
“Y esta es la cuestión a la que se aplican también los poemas de mi libro "Función de Uno, Equis, Ene", en donde "Uno" es el yo aislado; "Ene", los otros o el colectivo y "Equis", un implacable e incomprensible orden que se rige según leyes o reglamentos no humanos: El del universo formado por unas micro y macro estructuras en las que nosotros desaparecemos, sin ser siquiera advertidos. Pues nuestras fabulaciones, personalidades, ideas o culturas históricas no responden a nada real. Quizá sólo el conflicto entre lo que llamamos mundo exterior y el Ello, entendido éste como un mundo de las pulsiones e instintos impersonales que nos identifican con la materia inorgánica, pueda explicar nuestras absurdas construcciones psíquico-ideológicas. Pero a fin de cuentas no tiene importancia. Siempre viviremos gobernados por algo que escapa a nuestra conciencia”.

“Todos nuestros heroicos combates y nuestros sabios debates parecen entonces una burla. "La corta tragedia (escribía Nietzsche en "La Gaya Ciencia") ha acabado siempre por servir a la eterna comedia de la existencia y "la mar de sonrisa innumerable" (por decirlo con Esquilo) acabará por cubrir con sus olas la mayor parte de esas tragedias".
En 1977 se presenta como candidato por el Partido Comunista de España en las primeras elecciones legislativas, en Guipúzcoa. Es la época de "El hilo rojo", "Parte de guerra" y "Poesía”, "Iberia sumergida" ,"Memorias inmemoriales", una antología de sus versos "Poesía y verdad" y “Poemas órficos”, es el momento de esa poesía panteísta, en la que el autor se identifica con la naturaleza:
Esa vida que no es mía y me rodea,/el misterio de la muerte, lo que llamamos la muerte
y el misterio de la vida siempre abierta,/lo que llamamos la vida/en el árbol, en las nubes y en el agua,/y en el viento y en el mundo que es quien es sin ser humano,
y en la inmensa transparencia que no se dice, se muestra/en eso que busqué tanto y ahora encuentro regresando:/La infancia, quizá, la infancia, nuestro final seguro,
nuestro cuento, nuestro canto, nuestra mágica conciencia:/El total de lo sin fin y de la vida abierta
Como indica Celaya, “Conciencia cósmica quiere decir conciencia abierta a todo lo que es sin más ni más, la comprensión de que el sí mismo no es el yo, sino un más allá de la conciencia individual”
En 1981 Publica "Poesía hoy" y "Poesías completas (1977-1980)".El catorce de octubre del año siguiente contrae matrimonio en San Sebastián con Amparo Gastón. Publica "Penúltimos poemas" y en 1983 "Cantos y mitos”
En 1986 recibe el Premio Nacional de las Letras Españolas y publica "El mundo abierto". En 1989 le espera otro galardón: el Ayuntamiento de San Sebastián le concede la mayor condecoración que puede recibir alguien que ha trabajado por la capital guipuzcoana: el "Tambor de Oro".
Fallece en Madrid el 18 de abril de 1991. Sus cenizas fueron esparcidas en Hernani y San Sebastián.
Sirva como colofón, este poema que Celaya tituló “Despedida”
Quizás, cuando me muera,/dirán: Era un poeta./Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.
Quizás tú no recuerdes/quién fui, mas en ti suenen/los anónimos versos que un día puse en ciernes.
Quizás no quede nada/de mí, ni una palabra,/ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.
Pero visto o no visto,/pero dicho o no dicho,/yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivos!
Yo seguiré siguiendo,/yo seguiré muriendo,/seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto

sábado, 2 de julio de 2011

el 30 dejunio en Madrid




El jueves día 30 dejunio di una nueva conferencia en Madrid. De nuevo en la Casa regional de Burgos. El tema fue Valpuesta, la cuna del castellano

He aquí un resumen:

VALPUESTA, CUNA DEL CASTELLANO
Este fue el título de la conferencia que el profesor don José Andrés Alvaro ofreció en la Casa Regional “Mesa de Burgos” de Madrid el jueves día 30 de junio.
En ella indicó que los documentos de Valpuesta prueban que el castellano nació allí, en tierras burgalesas. Defender no es ir en contra de nadie, sino reconocer un hecho cierto y contrastado: que La rioja no es la cuna del castellano y que los primeros documentos en nuestra lengua no datan del siglo XI, como es el caso de las Glosas Emilianenses, sino que ya en el siglo IX había una comunidad que hablaba una lengua romance que luego se extendería por toda la Península y cruzaría los mares: el castellano.
Castilla no debe pedir perdón a nadie por defender la realidad, que el castellano, como lo prueban los documentos de Valpuesta, nació en Castilla. Además, las Glosas Emilianenses están escritas en romance navarro-aragonés, que era el que se hablaba en Navarra hasta que fue conquistada por Castilla en 1512. Los textos de Valpuesta, en cambio, prueban que el idioma de esas personas era el castellano.
Esta nueva teoría no va en contra de San Millán, sino todo lo contrario. Los escritos del monasterio riojano son importantísimos, nadie lo niega, pero no son los primeros… el castellano escrito nació hacia el siglo noveno en las montañas del suroeste de Alava y norte de Burgos
En noviembre de 2010, la Real Academia Española avaló los cartularios, escritos en «una lengua latina asaltada por una lengua viva», como los primeros documentos en los que aparecen palabras escritas en castellano, anteriores a las Glosas Emilianenses. Los textos de Valpuesta son 200 años más jóvenes que los de San Millán, por lo que nuestra lengua se ha rejuvenecido en dos siglos.
Valpuesta, localidad perteneciente a la provincia de Burgos,está situada en la comarca de Merindades y en la actualidad depende del ayuntamiento de Berberana. Dista 90 kilómetros de Burgos, 40 de Villarcayo, a cuyo partido judicial pertenece, 45 de Vitoria, 66 de Bilbao, y 10 del núcleo urbano de Berberana, de cuyo municipio forma parte.
Se trata de una pequeña penetración geográfica en el valle alavés de Valdegovía, el cual se introduce en tierra castellana y que, lo mismo que el de Valderejo, pertenecieron hasta el siglo XVI, salvo raras excepciones, y por consiguiente en la época que nos ocupa, a la merindad de Castilla la Vieja y hasta bien entrado el siglo XVIII al corregimiento de Villarcayo, en lo judicial.
Se ignora el origen de Valpuesta y la población que pudo tener antes de la Reconquista, pero hay noticias de un pequeño templo, supuestamente prerrománico, que tras ser arrasado por los musulmanes, fue reconstruido por el obispo Juan en el año 800, quien puso al sitio el nombre latino de “vallis posita”: sita en el valle, y junto al templo fundó un monasterio.
Dos son los motivos de relevancia de Valpuesta. El primero es la celebración del 1200 aniversario de la erección de su obispado (804–1087) El obispado de Valpuesta es el segundo obispado del Reino de Asturias después del de Oviedo, creado por el rey Alfonso II de Asturias, y el segundo motivo lo constituyen los cartularios de Valpuesta que han sido calificados como los documentos que contienen las primeras palabras escritas en lengua castellana.
La localidad de Valpuesta está estrechamente relacionada con los orígenes de la historia de Castilla. Este lugar fue sede episcopal y en él se asentaron muchos de los primeros repobladores de la región. Desde la segunda mitad del siglo VIII las tierras del norte burgalés se convirtieron en baluarte de la reconquista frente a los musulmanes. En ellas se refugiaron numerosos cristianos de las comarcas limítrofes. Para atender las necesidades religiosas de estos cristianos, el obispo Juan vio la necesidad de fundar, en el año 804, una nueva diócesis.
Pero, con el avance de la repoblación, fue perdiendo importancia a favor de la emergente diócesis de Oca, a la que cedió su obispado en el año 1087. Los monjes-canónigos del monasterio-colegiata de Valpuesta ejercieron una amplia jurisdicción civil y religiosa sobre la villa desde el año 804 hasta 1761.
Cuando Valpuesta fue la sede episcopal de la parte oriental del reino asturleonés, se comenzaba a dar el nombre de Castilla a la zona constituida por un área al sur de la Cordillera Cantábrica, limitando al oriente con los valles de Mena, Losa y Valdegovía, al sur con la Bureba y al oeste con lo que luego serían las merindades de Aguilar de Campóo.
En ninguna otra zona de Alava, Burgos, La Rioja o Navarra, el monacato alcanzó la difusión y floración que tuvo en Valdegovía, que llegó a contar con treinta monasterios. Por otra parte, el enclave estratégico de Valpuesta actuó como refugio de una población que, para el siglo IX podemos considerar de habla romance castellana, y fue centro religioso, cultural y lingüístico en los condados de Castilla y Alava
La importancia de Valpuesta en los primeros tiempos de la Edad Media se refleja en sus numerosos códices y en su cartulario, compuesto por 184 documentos, fechados entre los años 804 y 1140. Actualmente se encuentran en el Archivo Histórico Nacional.
En ellos se distinguen rasgos de la primera lengua romance castellana y de su evolución.
Los cartularios de Valpuesta son una serie de documentos del siglo XII que, a su vez, son copias de otros documentos, algunos de los cuales se remontan al siglo IX, y que serían el primer testimonio escrito del que se tiene noticia de un dialecto romance hispánico
El estatuto de autonomía de Castilla y León los menciona en su preámbulo como uno de los primeros testimonios escritos en lengua castellana. Textualmente dice.” los primeros testimonios escritos aparecen en el Becerro Gótico de Valpuesta (Burgos)” Por ello, a Valpuesta, se le atribuye el título de Cuna del Castellano.
Comprenden varios manuscritos en que se copiaron documentos de los archivos de la corona, de los obispados, de los monasterios, que tratan de donaciones, juicios, ventas, cambios, y otros tipos de contratos. Los más antiguos datan de los años 804, 844, 864 y 875.
Aunque el cartulario de Valpuesta carece de las artísticas miniaturas de otros códices, posee un gran valor histórico y paleográfico. No contiene textos sagrados ni litúrgicos, ni reflexiones filosóficas o teológicas, sino que recoge testimonio de donaciones, ventas, cambios y otro tipo de contratos
El franciscano Saturnino Ruiz de Loizaga, paleógrafo del Archivo Vaticano, principal investigador en el estudio y difusión de los manuscritos valpostanos ha dejado escrito que “los cartularios suponían una documentación prácticamente desconocida, lo que me llevó a transcribirlos, ya que además de mis estudios filosóficos y teológicos, en Roma había asistido a cursos de paleografía, lo que me permitía entender aquellos manuscritos. Me encontré con ejemplos como el de matera (madera), porque en latín la palabra es lignum (que dará leño); y otras palabras como plumazo, con el significado de colchón, pozal como balde, pruña como ciruela. Sorprenden también tantas donaciones a los monjes. En la Edad Media, mucha gente vivía con la fe del carbonero, tenían la idea de que hacer al monasterio una donación se convertía en un salvoconducto para conseguir la salvación. Entonces, el fraile que tomaba nota en aquella Valpuesta del siglo X escucha la donación en un protocastellano, pero luego lo escribe en latín, si conoce el significado. En caso contrario, lo pone en esa lengua que está naciendo. Ya en ese momento el latín se había convertido en otro idioma”
«El cartulario, o becerro gótico de Valpuesta, consta de 184 documentos. Los más antiguos se remontan a los años 804, 864, 875... y los más “recientes” a mediados del siglo XII. Este cartulario hacía las veces de acta contractual de donaciones y compraventas. La gente, por entonces muy crédula, ponía en práctica el dicho del Evangelio: a la Iglesia las cosas terrenas para adquirir las celestiales. Donaban hasta la módica gallina, como se recoge en un apartado».
En un punto geográfico donde Burgos y Alava son territorios siameses, Valpuesta, de cuya relevancia habla Ruiz de Loizaga: «tuvo un protagonismo único y una dimensión histórica y cultural que se remonta a antes del año mil, con la erección del obispado de Valpuesta y los primeros vagidos del idioma castellano. Sin olvidar que por aquí pasó el primer camino de Santiago».
Los testimonios castellanos de Valpuesta son, con frecuencia, transparentemente castellanos, caso de toponimia y onomástica, así como de frecuentes voces comunes. En ellos se trasluce la lengua viva de la Castilla antigua.
La repoblación, tras la invasión árabe, de gentes hispanogodas procedentes de la franja del Duero, y el contacto con la zona vascófona determinaron la configuración de los rasgos específicos del futuro castellano frente a los de otros romances.
La lengua de los becerros de Valpuesta es una lengua latina asaltada por una lengua viva, la de la calle , que se cuela en estos escritos.
El hecho de su datación tiene repercusiones políticas y académicas. Valpuesta adquiere una nueva dimensión legitimadora para Castilla y León ya que es el lugar de origen de la lengua común.
Los cartularios de Valpuesta contienen las palabras más antiguas escritas en castellano. Así se confirma que en la provincia de Burgos está la cuna del español.
A través de los cartularios de Valpuesta , que abarcan textos fechados desde el año 804 hasta el 1200, podemos obtener una serie de informaciones sobre la variante lingüística romance hablada en la zona. Nos podemos aproximar al romance castellano hablado entre los siglos IX al XII, puesto que no tenemos documentación de esa época plenamente redactada en castellano, lo cual no sucederá hasta alrededor del 1200, momento en que ya tenemos un documento totalmente romance en los cartularios de Valpuesta, como ocurre también en otros puntos de la Península Ibérica.

A pesar de todos los inconvenientes que este tipo de documentación podemos afirmar que los testimonios romances que ofrecen los cartularios valpostanos son los primeros del romance castellano.
Y es que en Valpuesta, zona norte de Burgos y parte del primitivo territorio del condado de Castilla, aparecen registradas las primeras huellas documentales de esta nuestra lengua universal.
La investigación filológica y paleográfica está demostrando la importancia del Cartulario de Valpuesta en la fijación escrita del español. Esto convierte a esta localidad en otro de los referentes míticos de nuestro idioma junto a Silos y San Millán de la Cogolla.