miércoles, 31 de mayo de 2023

Churruca; reseña en la Revista General de Marina

 


Revista General de Marina, marzo de 2023

ALVARO OCARIZ, José Andrés: Churruca, Elogio histórico (ISBN: 978-16-596-3973-5) Desiréediciones, 2020. 87 páginas. Ilustraciones en blanco y negro. Precio: 20 euros.

Ha llegado a nuestras manos un pequeño gran libro, se trata de la puesta al día tras un laborioso carenado del casco hace tiempo varado del Elogio histórico del brigadier de la Real Armada Cosme Damián Churruca y Elorza, que murió en el combate de Trafalgar el 21 de octubre de 1805, escrito por el amigo más confidente que tuvo. Madrid, imprenta de Ripollés, 1806, botado por su hermano Julián, erudito poeta en lengua vascuence y héroe de la Guerra de la Independencia, el año de la gloriosa muerte de Cosme Damián sobre la cubierta del buque de su mando, el San Juan Nepomuceno, libro al que hoy podemos calificar de "raro". El primoroso carenado llevado a cabo por Álvaro Ocáriz ha consistido en modernizar el vocabulario de la primera publicación, simplificar la sintaxis para que sean más comprensibles algunas frases, añadir 50 notas al pie para explicar el contexto histórico en el que se desenvolvió la científica y guerrera vida de Cosme Damián Churruca, insertar ilustraciones con las cartas náuticas levantadas por él mismo, tanto en las campañas del estrecho de Magallanes como en las del Caribe, singularmente en Puerto Rico, y fotografías de los escenarios donde lució el protagonista del elogio.

El libro está prologado por José Ignacio de Churruca y Egoscozábal, descendiente directo del comandante del San Juan Nepomuceno, que destaca la famosa frase: "Si oís decir que mi navío ha sido apresado, decid que he muerto", como así fue y que, como dice el prologuista, "son palabras que sólo puede pronunciarlas un héroe".

Finalmente decir que el autor de este trabajo ha realizado este esfuerzo para "(...) recordar a Cosme Damián Churruca y aportar datos que pueden ser desconocidos (...)" de la vida del inmortal brigadier de la Real Armada.

José María Blanco Núñez, capitán de navío (retirado).


El libro puede adquirirse en Amazon. También se puede comprar en librerías. Basta indicar el título, el nombre del autor y que lo distribuye Elkar.

miércoles, 17 de mayo de 2023

El 16 de mayo, en el Diario de Navarra


 

6 de junio, en Tudela


 El seis de junio, a las seis de la tarde, en el Centro Cívico Lestonnac de Tudela, presentaremos el libro El exilio navarro en América: Amado Alonso García y Manuel García Sesma.

Estos son algunos datos de la relación de García Sesma con Tudela y la Ribera:  

 

Manuel García Sesma nació en Fitero el 10 de enero de 1902. 

Tenía gran afición al estudio, pero sus padres carecían de recursos para costearle una carrera. Entonces obtuvo una beca para seguir la de sacerdote en el seminario conciliar de Tudela. De aquella época data su amistad con don José María García Lahiguera, fiterano, obispo y fundador, posteriormente, de la Congregación de las Oblatas. 

Obtuvo en todos los cursos y en todas las asignaturas, la calificación de meritissimus (sobresaliente) y premio extraordinario (Laureatus o Accesit). Sintió algún tiempo vocación de sacerdote, pero sus lecturas particulares, la efervescencia liberal de Tudela y la agitación obrera en las principales ciudades de España, empezaron a formar en él una conciencia progresista, cada vez más alejada de la mentalidad predominante entre el clero navarro; por lo que, antes de ordenarse, abandonó el seminario. 

Estudiando todavía en Tudela, se inició en el periodismo, colaborando en el semanario local, El porvenir agrícola, con el seudónimo de Angel Amuraci; pero se enteró el rector y se lo prohibió. Más tarde, al salir del seminario, escribió, ya con su propio nombre, en el mismo periódico, y posteriormente, en El ribereño navarro, firmando como El Caballero X. A continuación, colaboró, esporádica y gratuitamente, en otros periódicos de Navarra (La Voz de Navarra), Logroño (La Rioja), Madrid, Santander, Burgos, etc., y ya en Francia, en francés, en un semanario de Toulouse (L´Espagne Républicaine). En 1922 dirigió la revista gráfica Fitero. 

Estuvo exiliado en Francia y México. Regresó definitivamente a España el 1 de julio de 1973, e ingresó en la Residencia “San Raimundo” de Fitero. Desde entonces se dedicó a la investigación histórica y a publicar libros sobre Fitero: La Iglesia Cisterciense de Fitero y Estudios fiteranos (1981); Leyendas fiteranas. Mugas del siglo XIX. Biografía crítica de San Raimundo de Fitero (1982), Miscelánea fiterana (1983).  Falleció en Fitero el 15 de marzo de 1991.


Si alguien no puede acudir al acto, ya sabe que puede adquirir el libro en Amazon y que, si desea comprarlo en librerías, debe indicar que lo distribuye Elkar 

jueves, 11 de mayo de 2023

Presencia vasca en la Armada española


 Os presento mi nuevo libro. Este es el prólogo:

Un convencimiento compartido entre el autor de este libro y el que suscribe, nos puso en contacto, por vía epistolar electrónica primero y vía internet por segunda vez, hasta que, a pesar de la edad que nos separa, y ya vía telefónica, compartimos el aludido convencimiento, el cual significa, para ambos, que la historia marítima y naval del País Vasco es fundamental y constituye uno de los pilares básicos de la Historia de España. Los dos, antes de conocernos, trabajamos, y lo seguimos haciendo, para ahondar en ese mar documental y bibliográfico que permite surcarlo dejando tras de nosotros una estela de biografías cuya espuma componen los verdaderos protagonistas, los marinos vascos, de todas las ramas de la marina, la de guerra, la mercante, la pesquera, la deportiva, la científica/industrial, centrándolas en distintos periodos históricos y, sin saberlo, trabajando casi en paralelo.

Decía de la vía internet porque, inmerso en mi trabajo, tuve necesidad de conocer más a fondo al capitán de fragata D. Francisco de Moyúa y Mazarredo, el segundo comandante del brigadier D. Cosme Damián Churruca, comandante del San Juan Nepomuceno en Trafalgar, ambos muertos con sublime heroicidad e injustamente perseguido, el primero de ellos, por políticos enemigos de su tío, que fue quizás el más brillante de los almirantes españoles del XVIII, D. José de Mazarredo y Salazar Muntañones, alías “el Bilbaíno”. Pues bien, encontré en una revista electrónica del País Vasco, y más tarde en la Revista de Historia y Cultura Naval, un excelente artículo biográfico sobre D. Francisco, lo que me hizo indagar más sobre el autor, al que conocía por su publicación del Elogio Histórico de Churruca, puesto en lenguaje de hoy en día y con multitud de notas explicativas, obra que necesitaban los ávidos de conocer la figura de un científico de primer orden, de un patriota sin fisuras y de un héroe inmortal.

Así que, puestos en contacto, como decía más arriba, recibí el manuscrito de esta obra en la que pude comprobar que su conocimiento profundo sobre los personajes que van citados, llega hasta las raíces medievales, tiempos de aquella Hermandad de las Marismas, donde los vascos brillaron con esplendor y siguieron brillando en las siguientes, en cada una de ellas con matices diferentes, pero en todas distinguidos; tan célebres los balleneros y los que fueron al Bacalao desde siempre, como los oficiales de la Marina de Guerra del XVIII, por poner un ejemplo.

En el libro, verán el desarrollo de verdaderas sagas marineras, v.g. los Oquendo de San Sebastián que cubren con su apellido las listas de las Armadas y luego la de la Real Armada, desde el XVI hasta finales del XVIII, a familias de pescadores y mercaderes, que proporcionaron marinos de la talla de J. S. Elcano, u otros que permitieron enlazar a Filipinas con la Metrópoli, vía la Nueva España, el principal fray Andrés de Urdaneta, al que Elcano llevó, desde su Ordizia natal a la expedición montada por Fernández de Loaysa, como simple grumete y que terminó encontrando el ansiado “tornaviaje”; en fin, no hace falta extenderse en ejemplos porque, en las páginas de este libro, van a ver la riqueza y la variedad de personajes que engrandecieron a España en la mar, que es la que “une a los pueblos, mientras que la tierra los separa” como aprendimos, en nuestros años mozos, en la Escuela Naval Militar de Marín.

Para mí ha sido muy alentador el comprobar que un investigador que podría ser, por su edad, hijo mío, haya buceado en el proceloso mar de la Historia para sacar a la luz las biografías de tantos marinos, muchos conocidos, e incluso conocidísimos, pero otros injustamente olvidados por la historiografía actual.

Cuando se adentren en su lectura, espero que me den toda la razón.

José María Blanco Núñez

Capitán de navío retirado de la Armada. Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. Secretario General de la Real Academia de la Mar y numerario de la de las Ciencias y las Artes Militares, miembro asesor del Instituto de Historia y Cultura Naval.


Pronto estará en librerías. De momento se puede adquirir en Amazon, tanto en formato e-book como en formato libro.

Debo agradecer al Grupo Vinícola Marqués de Vargas por su colaboración para que haya visto la luz.







viernes, 5 de mayo de 2023

Bodega Guillermo

 Esta semana nos hemos sobresaltado por el asesinato del dueño de un restaurante de una localidad riojana.

Varias veces hemos ido a comer allí y , por ello, les dedico estas palabras tomadas de El Mundo:


El misterioso asesinato de Guillermo Castillo, el chef del pueblo

"Con lo que sirve aquí Guillermo, comen 10 días 15 japoneses", escribió Sánchez Dragó tras visitar su restaurante en Cuzcurrita de Río Tirón (La Rioja)

En agosto de 2011 Fernando Sánchez Dragó y Salvador Sostres se retaron a un mano a mano gastronómico que fue recogido en UVE, el suplemento de verano que EL MUNDO publicaba entonces.

Se trataba de un duelo entre la cocina de vanguardia y la tradicional. Sostres, quien defendía en el combate a la primera, eligió un estrellas Michelín, el sofisticado DiverXo. Sánchez Dragó arrastró a su rival hasta un pequeño restaurante llamado Bodega Guillermo, ubicado en Cuzcurrita de Río Tirón (La Rioja), localidad de 570 habitantes censados a 312 kilómetros de Madrid. "Con lo que te sirve aquí Guillermo comen 10 días 15 japoneses", decía frente a un plato de alubias el escritor y periodista recientemente fallecido .

El anfitrión era Guillermo Castillo, de 78 años, el hombre que puso a Cuzcurrita en las guías gastronómicas españolas y quien esta semana copa titulares en los medios de comunicación no por su sustancioso menú a base de platos riojanos, su café de puchero o las jotas que regalaba a sus comensales mientras daban cuenta de su licor casero de zarza o de huevo, sino por su muerte violenta. "Su comida es masiva y contundente, como una somanta de hostias", escribía Sostres sobre la experiencia.

La última comida la sirvió Guillermo el pasado lunes 1 de mayo, Día del Trabajo. Había sido un fin de semana de mucho trajín en su restaurante y en el pueblo, que acogía las fiestas del tren del Tirón. El concejal de Cultura y Turismo de Cuzcurrita, Fernando Castillo -su padre y Guillermo eran primos hermanos-, calcula que en la localidad podía haber 3.000 personas, seis veces lo habitual.

"Celebrábamos unas jornadas en torno al vino. Dos trenecitos salen de la Plaza Mayor y van recorriendo las bodegas del pueblo, donde hacen paradas y la gente degusta vino y pinchos. Participaban cinco de las ocho bodegas del pueblo", relata el concejal.

Guillermo Castillo poseía una pequeña bodega, pero con una producción más bien anecdótica, básicamente para cubrir las necesidades de su restaurante, por lo que su negocio no entró en el circuito del tren. No faltaron, como siempre, comensales en sus dos docenas de mesas.

La fiesta popular acabó el domingo 30 de abril con una verbena en la Plaza Mayor. Al día siguiente, lunes de mayo, era festivo también, de lo que en Cuzcurrita se concluye que Guillermo no pudo ingresar en el banco lo recaudado en un puente en el que debió de hacer buena caja.

Es la principal hipótesis a la que recurren sus vecinos cuando tratan de explicarse el porqué del incomprensible asesinato de un hombre al que no se le conocía enemigos y que caía a todo el mundo bien: robarle el efectivo de los pagos en el restaurante.

Su cadáver fue descubierto a primera hora del martes 2 de mayo. Diego, uno de los empleados que hacía las labores del campo a Guillermo, llamó a la hija del restaurador, Yolanda, sobre las ocho de la mañana. Necesitaba un vehículo para la faena del día y su padre no respondía al teléfono ni al timbre de la casa, una vivienda de tres plantas y fachada de piedra ubicada a escasos 100 metros del restaurante. La hija acudió con la llave, pensando que el padre se habría quedado dormido, vencido por el cansancio acumulado el fin de semana.

No hizo falta meter la llave en la cerradura porque la puerta estaba abierta. Tampoco tuvo que avanzar mucho para comprender que algo le había sucedido a su padre. Sus zapatillas de estar en casa estaban tiradas en el rellano junto a un charco de sangre ya seca. Los objetos que adornaban un arcón antiguo, tirados.

Al ver la escena, Yolanda, según ella misma ha relatado, no tuvo valor de entrar en la casa y le pidió al empleado que se dirigiera al salón, por si su padre estaba herido tras una mala caída. No había rastro allí de Guillermo, pero sí otro mal augurio: los cajones del mueble que presidía la estancia abiertos y revueltos.

Enseguida llegó la Guardia Civil, que no encontró al restaurador tras hacer un rastreo de toda la vivienda salvo la despensa, que siempre estaba abierta y pero aquella mañana tenía la llave echada. Derribaron la puerta. Desde fuera, la hija escuchó "está aquí, está aquí". Vio entrar a los sanitarios y que éstos no solicitaban el maletín de primeros auxilios ni ambulancia. No hizo falta decirle más.

La noche antes la hija lo había dejado en casa sobre las 22.00 horas. Le preparó las pastillas que tenía prescritas y las dejó en un vaso al lado de la tele para que cuando fuera a ver la serie turca que seguía, El Sultán, recordara tomarlas.

La Policía Judicial de la Guardia Civil en La Rioja se ha hecho cargo del caso y se ha decretado el secreto de las actuaciones, de modo que en el pueblo no saben más sobre la posible autoría del crimen que lo recogido aquí. Ningún vecino oyó nada extraño; no se vio a nadie sospechoso merodear la casa de Guillermo.

Nacido el 24 de febrero de 1945 en Cuzcurrita, hará 40 años que dejó la pescadería que regentaba para hacerse cargo de una pequeña bodega, en la que comenzó a dar comidas en petit comité hasta que el éxito le hizo abrir como restaurante. Su copioso menú -10-12 platos por unos 30 euros- no estaba en ningún sitio escrito, lo recitaba él: pimientos rellenos, sopa de ajo, patatas a la riojana, chuletillas al sarmiento, chorizo y morcilla asados, conejo... Su propuesta cuajó y a la localidad comenzaron a peregrinar amantes de la gastronomía de toda España, sobre todo los vecinos vascos. En el pueblo lo definen como el pionero que puso a Cuzcurrita en el mapa.