martes, 31 de marzo de 2015

Presentación del libro en Granada

La segunda de las presentaciones que llevamos a cabo en Granada se desarrolló en Granada capital. El acto se produjo el viernes 27 de marzo y fue organizado por la asociación Cultural Granada 1492. Quiero agradecerles sus atenciones. Son una Asociación dinámica y llena de ilusión. Muchas gracias.

lunes, 30 de marzo de 2015

Presentación del libro en Loja


El jueves 19 de marzo tuvimos la suerte de desplazarnos a Loja, localidad granadina donde Gonzalo Fernández de córdoba pasó los últimos años de su vida. A través de José, del Estanco Zacatín, entramos en contacto con la Asociación Loja, dos reinos, dos culturas y con el Ayuntamiento de Loja.

Queremos agradecerles todas las atenciones que tuvieron  con nosotros desde el primer momento. Nuestra estancia en Loja será difícil de olvidar.

Este es un artículo que apareció en la prensa:

 

Un libro y una cena teatro reivindican el papel del Gran Capitán en la historia lojeña


Viernes, 20 de Marzo de 2015 16:14 Noelia Jiménez García

Este año se celebra el quinto centenario de la muerte de Gonzalo Fernández de Córdoba 'El Gran Capitán'. Por eso, desde la asociación cultural 'Loja, dos reinos dos culturas' se han organizado una serie de actividades para homenajear a este personaje del siglo XV estrechamente ligado a la ciudad, de la que fue alcaide durante varios años hasta prácticamente su muerte. La primera propuesta de este colectivo cultural, organizador de la recreación histórica de la Batalla de Loja, fue estos días la presentación del libro 'El gran capitán', de José Andrés Álvaro.

Como explicó el autor, "es una figura fundamental de nuestra historia y por lo menos este año se va a hablar de él". El libro de 'El gran capitán' es en cierto modo una reivindicación del protagonismo de este personaje, no nacido en Loja pero que "casi tuvo aquí su destierro por decirlo de alguna forma y, por tanto, está estrechamente ligado a la ciudad", dijo Álvaro durante la presentación en el Pósito.

En la presentación de este libro, cuyos beneficios irán destinados a un Plan de Concienciación contra la Violencia de Género, se puso sobre la mesa a un Gonzalo Fernández de Córdoba, "generoso, amable, un héroe en el sentido más amplio de la palabra", aseguró el autor. Álvaro ha adaptado a la actualidad un texto romántico de Manuel José Quintana y, además, ha incorporado al libro planes de las batallas y un apéndice con personajes coetáneos importantes como Juan de Lezcano o Pedro Navarro.

Cena teatro
Como explicaron desde la asociación organizadora, "lo que queremos con todo esto es dar una visión cercana y accesible de esta figura histórica de Loja, incluso para los escolares", destacó María de Lara, presidenta del colectivo. Además, 'Loja, dos reinos dos culturas' prepara para el próximo sábado 11 de abril una actividad más lúdica: una cena teatro de la época de este personaje.


En ella, los comensales no solo podrán degustar un suculento menú sino conocer a diversos personajes coetáneos del Gran Capitán y al propio homenajeado, por medio de las escenas más legendarias de la vida de Gonzalo Fernández de Córdoba. «Loja tiene un pasado histórico espectacular y algunos de los personajes más importantes de la historia de España han estado ligados a Loja, y eso es lo que queremos poner en valor y que los vecinos sean conscientes», recordaron desde esta asociación, que ya prepara para septiembre una nueva recreación de la Batalla de Loja, en concreto la segunda.

Una foto del acto:

  
Otro artículo que apareció en la prensa:

Y unas fotos de Loja y del monumento que han erigido al Gran Capitán

 
 
 
 
 
Muchas gracias por todo
 
 
 


domingo, 29 de marzo de 2015

En busca de Quevedo por La Mancha

 
Cuando planifiqué nuestro viaje a Andalucía, pensé en hacer una etapa en Torre de Juan Abad y ver la Casa Museo de don Francisco de Quevedo.
 
Antes de llegar a Torre de Juan Abad hay que pasar por Villanueva de los Infantes, lugar en el que falleció nuestro escritor y en el que reposan sus restos.
 
Ahora que parece que los únicos restos que importa localizar son los de Cervantes, resulta que en Villanueva de los Infantes, los gestores municipales son tan tontos que no saben indicar con una placa en la iglesia, que allí se encuentran los restos de uno de nuestros escritores más importantes.
 
Si vais a Madrid y pasáis por la Iglesia de San Sebastián observaréis una placa en la fachada que recuerda que ahí está enterrado Lope
 
 
 
Si visitáis la Mezquita de Córdoba  encontraréis un sarcófago con los restos de Góngora
  

Pues bien, en Villanueva de los Infantes son tan idiotas que no saben indicar que en la Iglesia de San Andrés están los restos mortales de Quevedo.

A ello se suma que la cripta donde está su féretro no se puede visitar. Lo que digo: idiotas perdidos.

Tiene mérito llegar a Villanueva de los Infantes porque la carretera   se parece mucho a los caminos que tuvo que transitar nuestro Quevedo para llegar hasta allí.

Pero una vez que se llega a Torre de Juan Abad, la situación cambia. Hay una estatua de don Francisco, encontramos versos suyos por las calles y José María Lozano se encarga impresionantemente de la Casa Museo de Quevedo.

Muchas gracias, José María, por las atenciones que recibimos y por habernos enseñado la Casa de Quevedo.

 
 
 
 
 
Y el tintero del que salieron esas obras magníficas
 
 
Permitidme algunos poemas de nuestro gran genio del Barroco cuyos restos sabemos dónde están pero no quieren que lo sepamos
 
 
  Miré los muros de la patria mía, 
           si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salime al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
 
 
 
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
 
 
 
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!
 
 

“¡Ah de la vida!”… ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.
 
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huído!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
 
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
 
En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

 
 
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;
 
apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.
 
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
 
No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.

Y esto es lo que no se puede ver en Villanueva de los Infantes:



 
 
 
 

 
 
    

jueves, 12 de marzo de 2015

ya está en marcha

Ayer lo distribuí en San Sebastián. Se puede encontrar en las del grupo Elkar, Lagun, Zubieta y Hontza.

Hoy, en Pamplona: Corte Inglés, Walden, Gómez, Auzolan y Elkar.

Esta tarde en Logroño: Cerezo y Santos Ochoa


En un par de días, on line en las páginas de Santos Ochoa y de Elkar:

www.elkar.com y www.santosochoa.es

Pondré los links en cuanto los tenga.

 
Los beneficios se destinan a la puesta en marcha de un plan de concienciación contra la violencia de género
 

lunes, 9 de marzo de 2015

Santa Teresa de Jesús

 
El 28 de marzo se cumplirán 500 años del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada. En este país en la que se disfruta buscando los lados oscuros de la personajes históricos, no he conocido a nadie que diga algo malo de esta gran mujer y gran santa.
 
He preparado una charla sobre ella, con un power point de unas cien diapositivas para hablar sobre su vida y su obra. Ya tengo contratada una para junio. Si alguien desea programar la que tengo preparada, puede ponerse en contacto conmigo
 

A continuación, un texto de Rafel Narbona publicado en El Cultural el 27 de enero de 2015


Edith Stein escribió: “Quien busca la verdad, sea o no consciente de ello, busca a Dios”. No es una simple frase, sino la inspiración que guió los pasos de Santa Benedicta de la Cruz, judía de nacimiento, extraordinaria pensadora y mártir católica asesinada en Auschwitz el 9 de agosto de 1942.

Atea desde su juventud, feminista radical, brillante discípula de Husserl y Max Scheler, Edith Stein decidió ordenarse carmelita en 1921, tras leer en una noche el Libro de la Vida de Santa Teresa de Jesús: “Cuando cerré el libro, me dije: esta es la verdad”. ¿Qué hay en las páginas del Libro de la Vida? ¿Dónde reside su fuerza, su capacidad de inspirar actos excepcionales?

Borges definió a los clásicos como libros a los que nos aproximamos “con previo fervor y con una misteriosa lealtad”, pero yo añadiría: clásicos son los libros que transforman nuestras vidas. Su intensidad les permite trascender el tiempo y mantenerse vivos, casi como encarnaciones del espíritu. No son obras perfectas, sino raros milagros que nos exigen un riguroso ejercicio de comprensión e introspección.

 Toda la obra de Santa Teresa de Jesús se ajusta a esas características. Edith Stein, con una rigurosa formación filosófica, científica y literaria, buscó incansablemente la verdad, pero no experimentó la convicción de haberla hallado hasta que el Libro de la Vida le enseñó el camino del amor. Dios no se revela a la razón, sino al corazón y lo hace mediante la Cruz, verdadero principio de sabiduría  y única fuente de dicha inagotable.


Este año se celebra el quinto centenario del nacimiento Teresa de Cepeda y Ahumada (Ávila, 1515-Alba de Tormes, 1582). Algunos consideran que la reformadora del Carmelo es uno de los símbolos más emblemáticos del nacionalcatolicismo, pero Joseph Pérez ha señalado que la izquierda republicana admiraba a Santa Teresa de Jesús por su espiritualidad sincera, su valerosa iniciativa en una época de estricta hegemonía masculina y su calidad como escritora .

Santa Teresa no aceptaba el tratamiento de doña y estableció la igualdad entre  todas las carmelitas descalzas, menospreciando la honra y la hidalguía como criterios de excelencia. En ese sentido,  seguía las enseñanzas de San Juan de Ávila, según el cual la limpieza de sangre no era una concepción cristiana.

 Otros historiadores  consideran que se ha exagerado el peso de la herencia judeoconversa, tal vez por influencia de Américo Castro, que explica la identidad la nación española como el crisol de tres culturas.


Santa Teresa de Jesús no era una alumbrada. Su experiencia mística debe entenderse como un encuentro con Dios basado en la amistad, el diálogo, la palabra y la concentración. Se trata de un encuentro afectivo, que exige un ejercicio de depuración, donde el pensamiento prescinde de todo para quedarse a solas con Dios.

La mística teresiana se expresa en el Libro de la Vida con la metáfora del hortelano que riega un huerto. Puede hacerlo sacando agua de un pozo con un cubo, empleando una noria, cavando unos surcos o esperando la lluvia del cielo. El último método equivale al encuentro con Dios, donde la unión se consuma como un don. En Las Moradas o Castillo Interior (1577), se describe un simbólico itinerario por siete estancias. En la última, “queda el alma  hecho una cosa con Dios”.

 Si bien la Inquisición estudió y retuvo el manuscrito del Libro de la Vida, no halló nada herético y consintió su publicación en 1588. Fray Luis de León se encargó de la edición, escogiendo como título Los libros de la madre Teresa, pues la obra incluía Las Moradas y Camino de perfección (1564-1567).

 
Santa Teresa de Jesús practicó la oración mental y la mortificación interior. La penitencia física le parecía mucho menos importante que asfixiar el orgullo y la vanidad. La voz interior que guía su ascesis espiritual se parece al daimon socrático y no a un hipotético cuadro de histeria. La voz que escucha en su interior no es una alucinación auditiva, pues la psicosis afecta seriamente al desarrollo de una vida normal.

Tampoco es una vivencia imaginaria, pues la carmelita se adentra en lo sobrenatural, es decir, en lo que se halla más allá de la experiencia. En realidad, se crea o no, Santa Teresa habla con Dios y percibe su presencia como algo vivo e intensamente real. Se ha dicho que el famoso episodio de la transverberación recreado en el Libro de la Vida es un simple infarto de miocardio, pero en un infarto el dolor es un agudo síntoma de malestar, no algo capaz de inspirar la famosa frase de la santa y doctora de la Iglesia: “Me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios”. Las explicaciones científicas son endebles como hipótesis, pues las patologías físicas y mentales son incompatibles con una existencia caracterizada por una actividad frenética y una fértil creatividad, particularmente en una época con una medicina rudimentaria.

Lo histórico y lo teológico no deben oscurecer el mérito de Santa Teresa de Jesús como escritora. Se ha hablado de sencillez, pureza, espontaneidad y elegancia, pero también de rudeza, casticismo y “estilo ermitaño”, humilde y deliberadamente descuidado . Se ha dicho que su prosa refleja el lenguaje familiar de la Castilla de la segunda mitad del siglo XVI. Américo Castro destaca el espíritu de introspección, que ya está presente en las Confesiones de San Agustín y que reaparece como nota dominante en los escritores europeos del XIX. Azorín escribe: “La Vida de santa Teresa es el libro más hondo, más denso, más penetrante que existe en ninguna literatura europea; a su lado, los más agudos análisis del yo- un Stendhal, un Benjamin Constant- son niños inexpertos”.

Azorín no puede evitar la perspectiva noventayochista: “…todo en esas páginas, sin formas del mundo exterior, sin color, sin exterioridades, todo puro, denso, escueto, es de un dramatismo, de un interés, de una ansiedad trágicos”. Eugenio d’Ors añade un matiz importante: “Como Quevedo, como Fernando de Rojas, como Góngora, da la impresión de estar creando en cada momento el lenguaje en que se expresa”. Blanca de los Ríos considera que la carmelita, lejos de limitarse a reproducir el lenguaje coloquial de las personas instruidas de ciudades como Segovia, Ávila, Córdoba o Salamanca, aportó al castellano la forma y el genio de una verdadera literatura nacional: “Su decir está pegado a las entrañas étnicas, al concepto de nuestra nacionalidad; su fusión de misticismo y realismo fue la causa eficiente de nuestro gran arte nacional (el de Cervantes y el de Tirso de Molina); ella inspiró a los que lo crearon y sigue inspirando a los que lo resucitan; ella es para nosotros devoción y bandera”.


Si alguien quiere acercase a Santa Teresa de Jesús, debe empezar por el Libro de la Vida. Eso no significa que constituya la cima de su obra (de hecho, la madurez estilística no cristaliza hasta Las Moradas o Castillo interior), pero sí el umbral de una experiencia que puede cambiar nuestra existencia o, al menos, alterar nuestro modo de contemplar las cosas.

 Yo heredé de mi padre una edición de 1945, con la efigie de la carmelita repujada en el lomo y su firma grabada en la cubierta con letras de oro. Conservo el libro con profunda gratitud, pues me reveló que Dios no es el refugio de los necios, sino el nombre que adopta la esperanza en nuestra ardiente imaginación. Santa Teresa de Jesús ocupa un lugar destacado entre los clásicos del Siglo de Oro y su experiencia mística no es un vestigio de un pasado irracional, sino una invitación a la vida interior y al amor hacia nuestros semejantes.

  

jueves, 5 de marzo de 2015

fotos Tudela

El martes tres de marzo di una charla en Tudela sobre Luis Mariano. El acto tuvo lugar en la Asociación de jubilados "La Ribera". Acudieron unas 150 personas que siguieron la exposición admirablemente.

He aquí algunas fotos: