El jueves 25 de octubre estuve en la Casa de Burgos de Madrid hablando sobre Vela Zanetti y al día siguiente acudí a Valladolid , a la Euskal Etxea "Gure Txoko" para presentar mi libro sobre Tovar.
Estas casas regionales son ejemplo de lo que deben ser este tipo de centros. Una casa regional no es una mera sociedad gastronómica, en lo que se han convertido muchas, ni un ente para captar subvenciones como varias de ellas.
Las casas regionales deben fomentar su cultura porque si ellas nmo lo hacen, nadie va a hacerlo en su lugar. La miopía de los políticos autonómicos les ha llevado a cortarles gran parte de las subvenciones con las que se mantenían , con lo que han producido que la cultura de su C.A. respectiva no tenga el escaparate que tenía. La verdad es que la Cultura no es que les importa mucho.
Lo que más habrán sentido algunos politiquillos es que no pueden seguir viajando con sus amiguetes a costa del erario público con la excusa de visitar los centros regionales de su Comunidad.
Volviendo al tema que nos ocupa, debo indicar que en ambas casas regionales encontré un ambiente muy grato y les agradezco las atenciones tenidas para conmigo
domingo, 28 de octubre de 2012
domingo, 21 de octubre de 2012
galdós en las palmas
En un blog como éste no podían faltar algunas fotos sobre don Benito. Estas las tomé en mi reciente viaje a Las Palmas
Esta es la placa que recuerda que en esa casa nació el escritor
En la casa se conserva un museo dedicado a Galdós, que por cierto lo enseñan muy bien
La estatua de Victorio Macho
La habitación donde nació
Se conservan los despachos de Madrid y de Santander
El dormitorio de la calle Hilarión Eslava, donde falleció
La estatua de Pablo Serrano
Y, aunque no está en Las Palmas, el monumento de El Retiro madrileño
Esta es la placa que recuerda que en esa casa nació el escritor
En la casa se conserva un museo dedicado a Galdós, que por cierto lo enseñan muy bien
La estatua de Victorio Macho
La habitación donde nació
Se conservan los despachos de Madrid y de Santander
El dormitorio de la calle Hilarión Eslava, donde falleció
La estatua de Pablo Serrano
Y, aunque no está en Las Palmas, el monumento de El Retiro madrileño
viernes, 19 de octubre de 2012
en la revista entretodos, octubre 2012
Nuevo libro de José Andrés
Álvaro sobre Antonio Tovar
José Andrés Álvaro Ocáriz, afincado en Puente la Reina-
Gares, ha publicado su nuevo libro “Antonio Tovar.
El filólogo que encontró el idioma de la paz” dedicado a
una de las más grandes figuras intelectuales del siglo
XX. La nueva obra de Álvaro Ocáriz está concebida como
un “homenaje” a Antonio Tovar, “una persona que
brilló con luz propia en la España de la posguerra y de
la transición”. Este es el segundo libro que publica José
Andrés Álvaro tras “Celaya esencial” (2011). José
Andrés Álvaro Ocáriz, residente en Puente la Reina-Gares,
nació en San Sebastián. Licenciado en Filología
Hispánica, es docente, conferenciante y divulgador de
la literatura española. Los beneficios que se obtengan
de la venta del libro están destinados a un proyecto
educativo en la República Dominicana. La obra se vende
al precio de 20 euros (15 euros por el libro más 5
por gastos de envío
Dickens en San Sebastián
El día 17 de octubre volví al Ateneo Guipuzcoano, en este caso a hablar de Dickens, en la décimotercera conferencia que tengo el placer de haber ofrecido en una de las pocas entidades vascas que, pese a los recortes, trabajan por la CULTURA .
miércoles, 3 de octubre de 2012
artículo en El Correo, 20092012
Arqueólogo del euskera
El filólogo Antonio Tovar estudió y defendió el idioma vasco
José Andrés Álvaro Ocáriz presenta hoy un libro en la Casa de Cultura sobre la vida y obra del filólogo, en una charla de la Sociedad Landázuri :: CRISTINA LECIÑANA VITORIA.
Conoció a Adolf Hitler y también a Federico García Lorca. Ocupó cargos muy importantes en el organigrama franquista, aunque también se manifestó contra la OTAN y el golpe de Estado del 23F. Al filólogo vallisoletano Antonio Tovar los vaivenes de la vida le llevaron por distintos derroteros, pero dejó un legado fundamental en el euskera.
«Aportó una vertiente científica a lo que hasta entonces habían sido teorías y mitos». Lo explica José Andrés Álvaro Ocáriz, que esta tarde (19.30 horas) presentará en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa un libro dedicado a la vida y obra de este intelectual, titulado ‘Antonio Tovar, el filólogo que encontró el idioma de la paz’. Organizada por la Sociedad Cultural Landázuri, en el acto también intervendrá el profesor Ricardo Cierbide.
Cinco capítulos estructuran la vida de un hombre que dejó su firma en 400 libros de filología, filosofía y literatura como autor, traductor o prologuista, y que fue una figura pública que evolucionó desde el franquismo hasta una profunda convicción democrática.
En el primero de ellos, Ocáriz cuenta las emocionantes andanzas de su juventud. «En su niñez, vivió en Elorrio, donde su padre regentó una notaría. Allí tuvo sus primeros contactos con el euskera, aunque no fue hasta más tarde, durante sus veraneos en Orio, cuando aprendió el idioma», apunta el autor del libro.
La segunda parte del libro refleja su vida política, muy relacionada con el franquismo. «En 1935, Tovar se encontraba en Berlín estudiando y se sintió fascinado por el nacionalsocialismo y su promesa de progreso más allá de izquierdas y derechas», explica Ocáriz. De modo que cuando estalla la guerra civil, el hombre vuelve a su Valladolid natal y se afilia decidido a la falange española.
Durante la posguerra, el filólogo español progresó a pasos agigantados en el organigrama franquista. Entre otros cargos relevantes, ocupó el de primer Director de Radio Nacional de España y el de Secretario de Estado de Prensa y Propaganda. Corrigió en persona el último parte de guerra de Franco y en 1940, formó parte del séquito, como traductor, en el encuentro de Hitler y el dictador español en Hendaya. «Es en estos años cuando comienza a estudiar euskera al encontrar una gramática de Zamarripa y un diccionario de Azcue en una tienda de libros viejos en Burgos. Además, en el 42, se casa con Consuelo Larrucea, una vitoriana que le acerca más al mundo del euskera», explica el escritor.
En el tercer capítulo, Ocáriz repasa los años que Tovar pasó en Salamanca,como rector de su Universidad. En la década de los 50 crea la Cátedra de euskera Manuel de Larramendi que dirige el lingüista vasco Luis Michelena, quien poco antes había sido condenado a muerte. Es justamente en esta época cuando Tovar escribe el primero de sus tres libros sobre el idioma oficial del PaísVasco. «Resulta curioso que un personaje fundamental dentro del organigrama del régimen franquista se preocupepor el euskera. Pero él se da cuenta de su riqueza y quiere acercarse a este idioma, así como defender la cultura sin partidismos», asegura el escritor.
El cuarto capítulo del libro, por su parte, se centra en los años de exilio en Tucumán, Illinois o Tubinga, donde continúa con su labor pedagógica, estudiando las lenguas precolombinas. Por último, el quinto está dedicado a los últimos años de su vida. «Este libro es un homenaje a uno de los intelectuales más lúcidos de este país. Es una pena que la gente no conozca quién fue. En ocasiones, no conocemos nuestra propia cultura y es lamentable que una persona que hizo tanto por el euskera y por nuestra cultura haya quedado medio olvidada», reivindica Ocáriz.
El filólogo Antonio Tovar estudió y defendió el idioma vasco
José Andrés Álvaro Ocáriz presenta hoy un libro en la Casa de Cultura sobre la vida y obra del filólogo, en una charla de la Sociedad Landázuri :: CRISTINA LECIÑANA VITORIA.
Conoció a Adolf Hitler y también a Federico García Lorca. Ocupó cargos muy importantes en el organigrama franquista, aunque también se manifestó contra la OTAN y el golpe de Estado del 23F. Al filólogo vallisoletano Antonio Tovar los vaivenes de la vida le llevaron por distintos derroteros, pero dejó un legado fundamental en el euskera.
«Aportó una vertiente científica a lo que hasta entonces habían sido teorías y mitos». Lo explica José Andrés Álvaro Ocáriz, que esta tarde (19.30 horas) presentará en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa un libro dedicado a la vida y obra de este intelectual, titulado ‘Antonio Tovar, el filólogo que encontró el idioma de la paz’. Organizada por la Sociedad Cultural Landázuri, en el acto también intervendrá el profesor Ricardo Cierbide.
Cinco capítulos estructuran la vida de un hombre que dejó su firma en 400 libros de filología, filosofía y literatura como autor, traductor o prologuista, y que fue una figura pública que evolucionó desde el franquismo hasta una profunda convicción democrática.
En el primero de ellos, Ocáriz cuenta las emocionantes andanzas de su juventud. «En su niñez, vivió en Elorrio, donde su padre regentó una notaría. Allí tuvo sus primeros contactos con el euskera, aunque no fue hasta más tarde, durante sus veraneos en Orio, cuando aprendió el idioma», apunta el autor del libro.
La segunda parte del libro refleja su vida política, muy relacionada con el franquismo. «En 1935, Tovar se encontraba en Berlín estudiando y se sintió fascinado por el nacionalsocialismo y su promesa de progreso más allá de izquierdas y derechas», explica Ocáriz. De modo que cuando estalla la guerra civil, el hombre vuelve a su Valladolid natal y se afilia decidido a la falange española.
Durante la posguerra, el filólogo español progresó a pasos agigantados en el organigrama franquista. Entre otros cargos relevantes, ocupó el de primer Director de Radio Nacional de España y el de Secretario de Estado de Prensa y Propaganda. Corrigió en persona el último parte de guerra de Franco y en 1940, formó parte del séquito, como traductor, en el encuentro de Hitler y el dictador español en Hendaya. «Es en estos años cuando comienza a estudiar euskera al encontrar una gramática de Zamarripa y un diccionario de Azcue en una tienda de libros viejos en Burgos. Además, en el 42, se casa con Consuelo Larrucea, una vitoriana que le acerca más al mundo del euskera», explica el escritor.
En el tercer capítulo, Ocáriz repasa los años que Tovar pasó en Salamanca,como rector de su Universidad. En la década de los 50 crea la Cátedra de euskera Manuel de Larramendi que dirige el lingüista vasco Luis Michelena, quien poco antes había sido condenado a muerte. Es justamente en esta época cuando Tovar escribe el primero de sus tres libros sobre el idioma oficial del PaísVasco. «Resulta curioso que un personaje fundamental dentro del organigrama del régimen franquista se preocupepor el euskera. Pero él se da cuenta de su riqueza y quiere acercarse a este idioma, así como defender la cultura sin partidismos», asegura el escritor.
El cuarto capítulo del libro, por su parte, se centra en los años de exilio en Tucumán, Illinois o Tubinga, donde continúa con su labor pedagógica, estudiando las lenguas precolombinas. Por último, el quinto está dedicado a los últimos años de su vida. «Este libro es un homenaje a uno de los intelectuales más lúcidos de este país. Es una pena que la gente no conozca quién fue. En ocasiones, no conocemos nuestra propia cultura y es lamentable que una persona que hizo tanto por el euskera y por nuestra cultura haya quedado medio olvidada», reivindica Ocáriz.
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