domingo, 28 de septiembre de 2014

Harsmala, publicaciones sobre yoga

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Para llegar a la salud a través de la relajación

Juan Ramón Jiménez, en Noticias de Gipuzkoa

Y aún esos cabrones de Moguer no me han pagado la conferencia,...

 

Rebuznos centenarios

‘platero y yo’, el famoso libro de Juan Ramón jiménez, ha cumplido un siglo desde su publicación
Un reportaje de Marta Esnaola
Lunes, 15 de Septiembre de 2014 - Actualizado a las 06:12h
 
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    El donostiarra José Andrés Álvaro Ocáriz, profesor y conferenciante licenciado en Filología hispánica, ha participado este año en la celebración del aniversario de la obra y hace unos meses incluso ofreció en Moguer una conferencia titulada Platero y yo en el marco del modernismo español. Según el autor, el libro va más allá de la vida de un burro llamado Platero. “Habla de descubrir el paisaje, volver a la infancia, al lugar donde éramos felices y estábamos seguros”, declara. Pese a que los versos de Jiménez giren en torno al animal, el filólogo hispánico considera que el libro trata de “volver a esa zona de confort en la que uno es feliz”. “Juan Ramón Jiménez tuvo que salir al exilio, así que volver a su tierra supone algo importante para él”, explica, ya que el autor toma las ideas de comodidad, seguridad y familia y les da forma de poesía. Con una primera lectura muy sencilla, el libro está lleno de símbolos que hacen que sea un texto más profundo de lo que puede parecer a primera vista. Por eso, el libro puede ser disfrutado del mismo modo tanto por los estudiosos de la literatura como por cualquier persona.

    Introducción de la poesía
    Además de ser “un libro para todos los públicos”, Platero y yo es importante por lo que supuso a principios del siglo XX, ya que inaugura un mundo de poesía en esa época. “De la mitad del siglo XIX hasta el final, la literatura tenía la novela, y la poesía había quedado totalmente olvidada. Platero y yo introdujo la luz en la literatura”, agrega Álvaro.
    Según opina el profesor, el de Juan Ramón es un libro fundamental en el modernismo español. “En el siglo XVIII había habido una poesía romántica y después, con el realismo, aparecieron unas novelas fabulosas de Galdós, Blasco Ibáñez... Pero la poesía había quedado olvidada”, recuerda. Para crear la poesía del modernismo español, los autores cogieron a Bécquer y lo hicieron actual. “El modernismo adquiere esa vena intimista, personal, profunda que llega al alma, y lo actualiza”, añade. Álvaro también destaca la influencia de Rubén Darío como precursor del modernismo. Juan Ramón Jiménez trató de depurar a Rubén Darío y lo unió con Bécquer, avanzando hacia la poesía pura.
    “Recuperar a Bécquer es fundamental, porque es el que está detrás de todo ese mundo modernista; está detrás de Juan Ramón Jiménez, de Antonio Machado y de la Generación del 27, que es lo que viene después”, señala a la hora de hablar sobre los comienzos del modernismo español, contexto en el que se sitúa el libro que cumple un siglo desde su publicación. “Lo más destacable es la importancia de la figura de Bécquer, ver que el modernismo no surge de forma espontánea, sino que es fruto de una tradición”, agrega.
    Otra de las claves del éxito de Platero y yo es su lenguaje, sencillo y fácil de entender. “En el libro, Juan Ramón Jiménez utiliza palabras sencillas; por ejemplo, la palabra “mar” aparece 50 veces en el libro y la palabra “flor” otras tantas veces, por lo menos”, afirma el filólogo hispánico, que cree que cuando alguien lee un libro, quiere encontrarse con el lenguaje que usa él, ya que las palabras que usamos en la calle son las propias de las personas. “Lo que nos atrae es el lenguaje sencillo; si tienes que leer con un diccionario al lado, no es nada cómodo”, concluye.

    jueves, 4 de septiembre de 2014

    Sabina de la Cruz


    Hoy he tenido la gran suerte de hablar durante un buen espacio de tiempo con Sabina de la Cruz. Para quien no lo sepa, Sabina es la viuda de Blas de Otero. Fue su compañera durante más de diez años, es la persona que más ha estudiado la obra de uno de nuestros autores esenciales y es , desde la presidencia de la Fundación Blas de Otero, quien mantiene vivo el recuerdo de quien fue su esposo y de su obra poética.

    Hablar con ella es como hacerlo con una gran parte de nuestra Historia y de nuestra Literatura más querida. Ha sido un gran honor y un gran placer.