martes, 14 de abril de 2020

La cereza de Milagro en la gastronomía








Éstas son la portada y contraportada de mi nuevo libro. Como veis, lo dedico a uno de los frutos que nuestra fértil tierra navarra nos ofrece.

En cuanto se pueda, lo llevaré a la distribuidora. Serán , como siempre, Elkar y Santos Ochoa. Cuando estén , os avisaré. Entonces, podréis ir a vuestra librería habitual, indicareis el título, el nombre del autor y que lo distribuyen Elkar y Santos Ochoa y disfrutaréis del libro y de las interesantes y sabrosas recetas que encontraréis en su interior.

Además, en Pamplona y en el País Vasco, estará en las librerías del grupo Elkar. En Logroño y Soria, en las de Santos Ochoa. Y se podrá adquirir on line en las webs de ambas distribuidoras. Pero dejad que pasen unos días y que todo vaya volviendo , poco a poco, a la normalidad.

Mientras, podéis ir leyendo los prólogos que encontraréis en el libro, el del señor Alcalde de Milagro, don José Ignacio Pardo, y el del patriarca de la cocina navarra, don Pedro Larumbe. A ambos, muchas gracias por su colaboración para que este proyecto haya salido adelante.

 
PRÓLOGO DEL SEÑOR ALCALDE MILAGRO, DON JOSÉ IGNACIO PARDO

Tendría que ser muy atrevido y creativo para plasmar alguna consideración novedosa sobre la cereza, fruta que nos representa por el mundo entero. Hay mucha literatura en relación a las destacadas virtudes y propiedades para la salud de este fruto que nace en nuestra tierra.

No obstante, dejaré que sea la propia cereza quien se describa, defina y confirme su importante influencia en la cultura, agricultura, gastronomía, literatura, y la visión que tiene sobre su historia, sus cualidades, sus condiciones curativas, etc.

La cereza podría empezar diciendo:

“Soy una fruta que me pintan roja, con matices, no te vayas a engañar, de vistosa flor, con formas similares a las de un corazón. Acércate y escúchame, el secreto viene a continuación. Mi cuerpo se riega de sabores, tantos como personas que se aventuran a morderme. Aquí no se termina mi vida, el recuerdo de ese momento perdura en el tiempo y ese argumento permite que, año tras año, todos repitan conmigo, “qué buenas son las cerezas de Milagro”. Nazco en Milagro, allá por el mes de junio. Las flores blancas se convierten en una delicada y esperada cereza roja, con matices, una cereza que tiene el poder de juntar a las personas en la recogida del fruto, en la venta y en la mesa. Además, desde hace veinte años, por las calles de nuestro pueblo de Milagro, en mi día, el Día de la Cereza, se une la fruta con la música, la fiesta y la alegría. Ese corazoncito late a buen ritmo rodeado de gente buena, rural, acogedora, que cuida también de que yo, la cereza de Milagro, os acompañe cada verano”.

Así se describe ella misma, la cereza de Milagro, la protagonista de esta Fiesta de Interés Turístico Regional, una fiesta de identidad navarra. Disfrutad de la cereza, riendo y cantando. Disfrutad de esa vida que compartimos, unidos en una misma esencia la fruta y la noble gente de nuestro pueblo de Milagro.


PROLOGO DE DON PEDRO LARUMBE, CHEF

Cuando pienso en Navarra, se me vienen a la cabeza muchas cosas. Su gente: buena, honesta y noble. Su bandera, roja, como el pañuelo y el fajín de San Fermín. Y los frutos de su tierra: espárragos, lechuga, tomates… Auténticos prodigios gastronómicos.

Y si pienso en todo ello, no puedo evitar pensar que estas cerezas que hoy me traen aquí reúnen todas esas cualidades de nuestra tierra navarra.

En cada cereza, se recoge el trabajo de los agricultores navarros que se preocupan porque, cada temporada, los árboles den sus mejores frutos. En ellas se refleja el rojo vivo y apasionado de nuestra bandera. Y son, cómo no, uno más de esos maravillosos, queridos y conocidos productos de nuestra huerta.

Es verdad que resulta casi imposible resistirse a disfrutar de esta fruta directamente, sin rodeos: jugosa, rica, llena de sabor, cada cereza es un auténtico placer irresistible. Pero es que ambas variedades, tanto la pinta como la redonda, se pueden disfrutar de muchas formas más. El carpaccio de cereza con helado es uno de los platos más queridos del restaurante, pero no imagino tampoco un ragout sin su correspondiente ración de jugo de cereza o unas tostadas de pan casero sin una buena mermelada de este fruto redondo y sabroso. Tanto en platos dulces como salados, la cereza de Milagro es una auténtica joya para el paladar.

Sólo quienes hemos conocido el esfuerzo y el trabajo que requiere cultivar la tierra podemos entender qué hay detrás de cada fruto y sabemos que hay muchas horas, mucha dedicación y una vocación inquebrantable por dar siempre lo mejor. Por eso, quiero aprovechar, como navarro, como cocinero, y sobre todo, como amante de los buenos productos, para dar las gracias, de todo corazón, a quienes hacen posible que disfrutemos de estos pequeños grandes prodigios de sabor cada nueva temporada.


Buen provecho.


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