sábado, 22 de agosto de 2015

Doña Lina Morgan

Me encontraba de vacaciones, y sin ordenador, y por ello he tenido que dejar pasar unos días para poder escribir acerca de esta inmensa actriz y persona que nos acaba de dejar.

Transcribo lo aparecido en el diario EL PAÍS y una entrevista que le hicieron en ese mismo medio el año 1997

Dios la ha llamado para que el cielo sea un sitio más alegre si cabe

  

La actriz Lina Morgan, conocida especialmente por su faceta cómica, ha fallecido en su domicilio del madrileño barrio de Salamanca a los 78 años después de varios meses de enfermedad, que la mantuvieron internada en un hospital, del que salió el año pasado. La capilla ardiente se ha instalado este jueves a las 16.30 en el Teatro de La Latina de Madrid, donde tantos éxitos cosechó. Lina Morgan abarrotó teatros y salas de cine, logró el máximo de espectadores en televisión y fue una estrella en el mundo del espectáculo popular español.

Nacida en Madrid en 1937, en el seno de una familia modesta, su padre, un oficial de sastrería, la hizo trabajar de niña ayudando a coser uniformes militares. Fue la etapa de la posguerra que ella prefería no recordar. Su ilusión infantil era la de ser "artista", y especialmente en el teatro La Latina, muy cercano a la casa en la que había nacido. Así lo recuerda una placa que es frecuente ver fotografiada por los transeúntes.

La niña consiguió con rapidez subir a un escenario. A los 13 años entró a formar parte de la compañía infantil Los chavalillos de España, y a los 16 fue contratada en la compañía de revistas de Matías Colsada, precisamente en La Latina. Para ello, la joven tuvo que falsificar su fecha de nacimiento, al ser aún menor de edad, circunstancia que aprovechó para cambiar también su auténtico nombre, María de los Ángeles López Segovia, por el más sonoro de Lina Morgan. A pesar de su corta estatura, inadecuada para la revista, su ascenso fue imparable, no como vedette sino como actriz cómica.

 

Vinculada profesionalmente al hilarante Juanito Navarro, una pareja en la que interpretaban casi siempre a un padre y su hija, se posicionó con fuerza en el mundo del espectáculo formando pocos años después su propia compañía. Muy popular en programas de televisión, atrajo fácilmente la atención del público. Seguramente estuvo influida por la argentina Nini Marshall, que hizo popular el personaje Cándida, una criada española con la que la caricatura alcanzó puro disparate. Lina Morgan se contoneaba como ella de forma estrambótica, torcía las piernas de manera asombrosa, dada cabriolas inesperadas cuando bailaba o hacía muecas de auténtica payasa, mientras sus personajes fingían ser ingenuos, siendo en realidad avispados y astutos. La mayoría de ellas, eso sí, sufrían grandes dificultades para las relaciones amorosas. Era el patito feo.

Sus trabajos en el cine se fueron pareciendo paulatinamente a los que hacía en teatro. Apareció por primera vez en 1962 en Vampiresas 1930, y tras otras intervenciones breves logró ser la protagonista de Soltera y madre en la vida (1969), a cuyo éxito siguieron en los años setenta La tonta del bote, La graduada, La descarriada, La llamaban la madrina, Los pecados de una chica casi decente… Entre ellas destacan dos melodramas curiosos: Una pareja… distinta, en la que interpretaba a una mujer barbuda, e Imposible para una solterona, en la que daba vida a una infeliz mujer gorda. Fueron dos películas sin éxito: el público prefería que hiciera reír.

Mientras tanto, Lina Morgan había alcanzado el viejo sueño de ser la propietaria del para ella mítico teatro La Latina, en el que durante años fue la única estrella. Fue su dueña entre  1983 y 2010. Aún conservaba allí su despacho y su palco. A pesar de ciertos altibajos, mantuvo en cartel cada obra varias temporadas: El cuento de la lechera, Pura metalúrgica, La Marina te llama, ¡Vaya par de gemelas!, ¡Sí, al amor!, El último tranvía… Se despidió de la escena en 1993 con Celeste... no es un color tras haber sufrido un desprendimiento de retina que sin embargo no le impidió regresar a los escenarios. Fue más decisivo para su retirada el fallecimiento de su hermano José Luis López, su amigo, productor y manager, una ausencia que Lina no supo superar. Dejó por tanto de oírse en La Latina la canción con la que una y otra vez comenzaba sus espectáculos: "Agradecida y emocionada solamente puedo decir: gracias por venir…".
 
Gracias a sus programas de televisión (inolvidable el tango que bailó con Marcello Mastroianni), sus películas y las grabaciones de sus espectáculos teatrales, la imagen de Lina Morgan se mantendrá en la memoria colectiva como la de una artista simpática y entrañable, una mujer luchadora y también discreta: su vida privada perteneció sólo a ella. Nos hizo reír y nos enterneció, como hacía Charlot, que fue a quien ella siempre quiso parecerse



"Algunos intelectuales dicen que mi trabajo no tiene importancia"


 

El regreso de Lina Morgan a TVE-1 con los nuevos episodios de Hostal Royal Manzanares ha sido, como en temporadas anteriores, un éxito. El capítulo del jueves pasado, día del estreno, que contaba cómo Reme tenía que suspender sus planes de boda, fue seguido por un nada desdeñable número de televidentes: 5.900.000 (36,3% de cuota de pantalla). El triunfo de la cómica madrileña es evidente. A estas alturas hay pocas cosas que los críticos no hayan dicho. de esta mujer de 60 años. Unos la califican de fenómeno social; otros, de mojigata. "Incluso, algunos intelectuales dicen que mi trabajo no tiene interés", afirma la actriz. Ella resta importancia a todas estas afirmaciones porque sabe que su público la quiere así, en papeles cómicos, humanitarios y muchas veces sensibleros. Sin embargo, ahora, "el cuerpo, me pide un papel dramático"

.Pregunta. ¿No es un poco madura para casarse, aunque al final se suspendiera la boda, y, además, con alguien mucho más joven?

 

Respuesta. La verdad es que me divierte porque personajes como el de Reme, digan lo que digan, todavía quedan muchos. Incluso, hay personas mucho más jóvenes que no se aventuran a tener relaciones sexuales sin casarse. Pero la vida de esta mujer no tiene nada que ver con la mía. Yo no soy de pueblo, soy madrileña, nunca he tenido gallinas en mi casa, no me he casado porque no he querido y, además, oye, para un roto...

 

P. ¿No está cansada de hacer siempre comedia?

 

R. La verdad es que sigo haciendo lo mismo porque siempre se me han negado el pan y la sal, quiero decir que nunca me han ofrecido otra cosa. Me encantaría poder hacer un buen papel dramático, aunque sólo fuera, y sin querer ser vanidosa, por triunfar y volver a seguir haciendo lo que he hecho toda mi vida. Es una espinita que tengo clavada, pero también sé que el público me quiere ver en los mismos papeles.

 

P. ¿Su vida también es de comedia?

 

R. Mi vida la he llevado siempre con bastante sentido del humor, lo que ocurre es que después de perder a mi hermano la vida la veo de otro color, tanto en lo bueno como en lo malo. Físicamente estoy recuperada, pero no moralmente, me acuerdo siempre de él.

 

P. ¿Qué le parece estar compitiendo con la serie que protagoniza El Fary?

 

R. El Fary es un tío estupendo y un gran amigo mío, para mí él no es la competencia. El problema de esta absurda guerra por la audiencia es que está creando rivalidad entre actores que habitualmente siempre han sido amigos. No es nuestro caso; además, el resto de cadenas también emiten programas para quitarnos audiencia. Nosotros lo único que pretendemos es entretener, y conseguirlo con cinco, seis o siete millones de espectadores ya me parece una barbaridad.

 

P. Algunos críticos dicen de usted que es un fenómeno sociológico y otros que es una mojigata y que lo que usted hace es lo fácil, lo cómodo.

 

R. Lo difícil es hacer las cosas bien, sea comedia, ópera, drama o zarzuela, me da igual, excepto algunos intelectuales que dicen: 'Lo que hace Lina no tiene ninguna importancia'. Sin que sea falsa modestia, creo que conseguir arrancarle la risa al espectador es tan importante como difícil, sobre todo hoy en día que parece que todo el mundo está cabreado todo el rato.

 

P. De no. haber sido Lina Morgan, ¿qué actriz o actor le hubiera gustado ser?

 

R. Shirley MacLaine, y si hubiera sido hombre, Al Pacino, trabajaría con él hasta para aguantarle una vela.

 


 

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