A las siete de la tarde, en la Casa de Burgos (Augusto Figueroa 3,3º) presento el audiovisual "Benito Pérez Galdós: imágenes de una vida", en el que hago un recorrido por los lugares ligados a la vida de don Benito: su casa museo, los diferentes lugares en los que vivió y las huellas que de él quedan en Madrid.
Posteriormente, a las ocho y cuarto de la tarde, en la Euskal Etxea (Cale Jovellanos, frente al Teatro de la Zarzuela) presentaré mi libro sobre Celaya, haciendo hincapié su relación con el País Vasco. Decía un profesor mío que gracias a Celaya las personas que desconocían el euskera comenzaron a amar a Euskal Herria. El acto consistirá en un recital de poemas de Celaya, acompañado por un power point de unas cien diapositivas.
He aquí alguno de sus poemas vascos:
Anochecer
en Lecumberri
Primavera con lluvia:
Nuestros
bosques…
(Y el corazón bajo tierra,
y mis pasos en la hierba)
La verdad de esos robles,
de esas
montañas puras
(parecen increíbles
de tan desnudas).
Un poniente que exalta
todas sus vagas
mentiras
dichas a la deriva…
(Y el corazón se aísla).
Y, de pronto, las frías
estrellas (no
son nuestras),
el silencio no
nuestro,
la noche en que se escucha con sigilo
el paso de los dioses más
antiguos .
Ziripot
Comer cuando uno es
vasco no es tan sólo comer.
Saborear las lampernas; beber un chacolí;
celebrar
en las brasas las sardinas de agosto;
reunirse y acechar/cómo van las cocochas
en la cashuela hirviente,
es casi comulgar:
unirse en la sustancia y apurar lo
sagrado,
sentir fraternalmente la vida material.
Celebrar esa cena
en la que
juntos sentimos lo jovial
de la vida pequeña, de la vida real,
que Ziripot
preside:
Ziripot misterioso y a la vez terrenal,
Ziripot repartiendo lo que no
es sólo pan.
Canto
a Lizardi (fragmento)
Canto por ti. Canto en
ti
Porque cantar es siempre luchar contra lo opaco,
levantar una espuma como
el mar cuando besa
la roca en que tropieza cargado de inocencia.
Cantar: ir por
el mundo,
tranquilos, sonrientes, diciendo lo que pasa
pese a las bofetadas.
Cantar:
ir caminando porque la vida es ancha,
y volver luego en versos que acarician
con pausa.
Quiero hablar a los
vascos como tú les hablaste,
más allá de la muerte
con la magia y el tacto
de tus palabras justas:
Maite ditut galurrak
argiak ez beste…
Ai,
egaztia banintz
Gañik-gain nenbilke
¡Ay, si también yo lo fuera como tú sí
que lo fuiste!
Gernikako arbola (el Arbol de Guernica)
cuando llegué a Guernica.
Allí se fabricaban boquillas de careta
antigás. Yo debía
-servicio de instrucción-
enseñarles la humana
protección que es posible cuando con gas atacan.
Todo me parecía remoto. Aunque cumplía
lo debido, imposible
era pensar que
nadie lanzase tal ataque
el frente estaba lejos. Brillaba el cielo indemne.
Y todo hay que decirlo:
Hacía mucho tiempo que no comía cordero,
ni comía pan blanco, como allí, en
retaguardia.
¡Parecía tan fácil la paz! No se entendían
la ira la mentira.
A veces visitaba nuestro árbol de Guernica,
y miraba el azul,
un azul que duró
todos aquellos días,
un ancho azul tranquilo que nada parecía
podría
perturbar, marzo querido.
¡Ay, quién diría
que a poco de marcharme zumbaría en el cielo,
en ese mismo cielo que
parecía indemne,
limpio de mancha y leve,
el horror de una muerte mecánica y
salvaje!
¡ Ay, quién diría!
¡ Ay, dilo tú si puedes, Gernikako
Arbola,
dilo con tu raíz, tus ramas y tus niños,
dilo si eso es posible,di con la libertad de los vascos antiguos
con el temblor de fronda que cubre el país entero
y dice lo que somos, diciendo lo que fuimos!
¡Ay, si es posible, dilo!
Y sobre mi libro, quiero añadir unas entrevista que me realizaron:
Entrevista aparecida en Diario
de Noticias de Navarra en mayo de 2011:
José Andrés Álvaro Ocáriz
reivindica la figura de Celaya en el centenario de su nacimiento
Acaba de publicar un libro que reúne sus poemas esenciales y apuntes de su
vida
Lamenta que ni el Gobierno vasco ni el central hayan promovido acto alguno
en homenaje al poeta hernaniarra
Ana Oliveira Lizarribar - Jueves, 26 de Mayo de 2011
Nació en Hernani en 1911 bajo el
nombre de Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta Cendoya, pero todo el mundo
le conoce como Gabriel Celaya. O no le conoce tanto, porque este año, cuando se
cumple el centenario de su nacimiento, ni el Ayuntamiento de su localidad natal
ni el de Madrid, donde vivió tanto tiempo, ni el Gobierno vasco ni el
Ministerio de Cultura han previsto acto alguno para conmemorar el aniversario.
Para intentar paliar en parte ese olvido, José Andrés Álvaro Ocáriz,
donostiarra afincado en Pamplona, acaba de editar Celaya esencial, un
libro en el que recoge los poemas más destacados de la carrera del escritor,
así como apuntes de su extensa biografía.
"Gabriel Celaya es un poeta esencial para entender la sociedad en la
que vivimos", explica Álvaro Ocáriz, profesor ya jubilado que durante 25
años ha impartido clases en centros de Aragón, Barcelona, la CAV y Navarra. Sin
duda, la poesía social es el emblema principal de Celaya, que, como apunta el
autor del libro, "debería ser reivindicado por el Movimiento del 15-M
porque es un poeta revolucionario y totalmente actual". De hecho,
"los indignados ya lo están haciendo, aunque no lo saben". Y es que,
junto a Blas de Otero, Gabriel Celaya fue abanderado de una lírica comprometida
con su tiempo. Tanto, que después de romper con su familia y separarse de su
primera mujer, en 1946 fundó junto a Amparitxu Gastón la editorial Norte para
reivindicar a los poetas de la Generación del 27, apartados por la dictadura y
"de los que él se sentía sucesor". La contundencia con la que
plasmaba lo que sucedía a su alrededor sin descuidar la palabra es memorable.
Celaya es "un claro exponente de responsabilidad en el desarrollo de una
conciencia crítica ante uno de los males que atacan a la sociedad como es el
capitalismo desenfrenado y lo que él conlleva", explica Álvaro Ocáriz, que
ya ha presentado este trabajo en varias ciudades en formato conferencia, con
proyección de diapositivas de la vida del autor e incluso dos temas musicales.
Proyecto solidario.
Celaya esencial es una mezcla de antología y biografía que compila los
versos más importantes del autor, tanto los de su primera época, "dedicada
a la búsqueda del otro"; como los de la segunda, marcadamente social, y
los de la tercera, la poesía órfica. Además, "valiéndome de fragmentos de
su prosa, voy haciendo catas en su vida", explica el autor de este trabajo
autoeditado que ya puede encontrarse en las principales librerías y en www.elkar.com.
Y los beneficios de las ventas de cada uno de los 500 ejemplares publicados
irán a parar a un proyecto educativo en la ciudad dominicana de La Vega, una de
las más deprimidas del país. "Creo que a Celaya le hubiera gustado que su
nombre estuviera unido a una de las causas por las que luchó tanto: la
dignificación de la persona y la demostración de que su poesía es, realmente,
un arma cargada de futuro", afirma José Andrés Álvaro Ocáriz.
Artículo
de El Diario Vasco de 1 de febrero de 2012
CULTURA
«Gabriel Celaya es tan complejo que no lo quiere nadie para sí»
El donostiarra J. Andrés Álvaro
Ocáriz publica 'Celaya esencial', en el que «selecciona» lo fundamental del
poeta
01.02.12
E. MINGO | SAN SEBASTIÁN.
Le propusieron
desde Kutxa dar un par de conferencias con motivo del centenario del poeta
Gabriel Celaya (Hernani, 1911, Madrid, 1991) y el profesor y escritor
donostiarra José Andrés Álvaro Ocáriz pensó que la mejor manera de llegar «a lo
esencial» de Celaya era escribir un libro remitiéndose a sus versos y a su
prosa, «ordenando y seleccionando» sus poemas fundamentales, «esos en los que
puede entenderse su obra en este siglo XXI». Así nació 'Celaya esencial', cuyos
beneficios irán a un proyecto educativo en Santo Domingo.
El libro recorre
una trayectoria biográfica y literaria en paralelo. «Hay fragmentos en prosa en
los que él cuenta su vida y, paralelamente, hay poemas que se circunscriben a
esa etapa», cuenta Álvaro Ocáriz. «Quien no conozca a Celaya, con este libro
podrá entenderlo muy bien, porque es él quien te lo va a contar».
El propio Álvaro
Ocáriz, que se ha autoeditado este 'Celaya esencial' -que está en las
librerías-, opina que su empeño en seleccionar lo fundamental de Celaya es
importante porque el de Hernani «escribió mucho y su trayectoria poética tiene
altibajos», por lo tanto, si alguien va a descubrir su obra es mejor que
comience con los poemas importantes en cada una de sus etapas.
Para el
donostiarra, lo esencial de Celaya fue «el ser testigo» de la sociedad que le
tocó vivir. «En el libro juego con el doble sentido de esencial para mostrar
que Celaya fue esencial para poder entender la sociedad del siglo XX ya que su
trayectoria poética es la trayectoria de esa sociedad, empieza con el
intimismo, luego trata la poesía social y, uno a uno, todos los temas
candentes. Fue testigo y por eso escribió, para contar lo que veía», subraya el
donostiarra que cree que hoy «sería el poeta del 15 M».
Alvaro Ocáriz denuncia
que «las instituciones no han hecho nada» para conmemorar su centenario y da
las claves: «los nacionalistas, porque no escribía en euskera; los de derechas,
porque le consideran de izquierdas y encima dejó a su mujer; y los de
izquierdas no llegaban a entenderlo porque era empresario. Celaya es tan
complejo - argumenta- que no lo quiere nadie para sí. Es tan complejo como su
poesía».
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