miércoles, 3 de octubre de 2012

artículo en El Correo, 20092012

Arqueólogo del euskera

El filólogo Antonio Tovar estudió y defendió el idioma vasco

José Andrés Álvaro Ocáriz presenta hoy un libro en la Casa de Cultura sobre la vida y obra del filólogo, en una charla de la Sociedad Landázuri :: CRISTINA LECIÑANA VITORIA.

Conoció a Adolf Hitler y también a Federico García Lorca. Ocupó cargos muy importantes en el organigrama franquista, aunque también se manifestó contra la OTAN y el golpe de Estado del 23F. Al filólogo vallisoletano Antonio Tovar los vaivenes de la vida le llevaron por distintos derroteros, pero dejó un legado fundamental en el euskera.

«Aportó una vertiente científica a lo que hasta entonces habían sido teorías y mitos». Lo explica José Andrés Álvaro Ocáriz, que esta tarde (19.30 horas) presentará en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa un libro dedicado a la vida y obra de este intelectual, titulado ‘Antonio Tovar, el filólogo que encontró el idioma de la paz’. Organizada por la Sociedad Cultural Landázuri, en el acto también intervendrá el profesor Ricardo Cierbide.

Cinco capítulos estructuran la vida de un hombre que dejó su firma en 400 libros de filología, filosofía y literatura como autor, traductor o prologuista, y que fue una figura pública que evolucionó desde el franquismo hasta una profunda convicción democrática.

 En el primero de ellos, Ocáriz cuenta las emocionantes andanzas de su juventud. «En su niñez, vivió en Elorrio, donde su padre regentó una notaría. Allí tuvo sus primeros contactos con el euskera, aunque no fue hasta más tarde, durante sus veraneos en Orio, cuando aprendió el idioma», apunta el autor del libro.

La segunda parte del libro refleja su vida política, muy relacionada con el franquismo. «En 1935, Tovar se encontraba en Berlín estudiando y se sintió fascinado por el nacionalsocialismo y su promesa de progreso más allá de izquierdas y derechas», explica Ocáriz. De modo que cuando estalla la guerra civil, el hombre vuelve a su Valladolid natal y se afilia decidido a la falange española.

Durante la posguerra, el filólogo español progresó a pasos agigantados en el organigrama franquista. Entre otros cargos relevantes, ocupó el de primer Director de Radio Nacional de España y el de Secretario de Estado de Prensa y Propaganda. Corrigió en persona el último parte de guerra de Franco y en 1940, formó parte del séquito, como traductor, en el encuentro de Hitler y el dictador español en Hendaya. «Es en estos años cuando comienza a estudiar euskera al encontrar una gramática de Zamarripa y un diccionario de Azcue en una tienda de libros viejos en Burgos. Además, en el 42, se casa con Consuelo Larrucea, una vitoriana que le acerca más al mundo del euskera», explica el escritor.

En el tercer capítulo, Ocáriz repasa los años que Tovar pasó en Salamanca,como rector de su Universidad. En la década de los 50 crea la Cátedra de euskera Manuel de Larramendi que dirige el lingüista vasco Luis Michelena, quien poco antes había sido condenado a muerte. Es justamente en esta época cuando Tovar escribe el primero de sus tres libros sobre el idioma oficial del PaísVasco. «Resulta curioso que un personaje fundamental dentro del organigrama del régimen franquista se preocupepor el euskera. Pero él se da cuenta de su riqueza y quiere acercarse a este idioma, así como defender la cultura sin partidismos», asegura el escritor.

El cuarto capítulo del libro, por su parte, se centra en los años de exilio en Tucumán, Illinois o Tubinga, donde continúa con su labor pedagógica, estudiando las lenguas precolombinas. Por último, el quinto está dedicado a los últimos años de su vida. «Este libro es un homenaje a uno de los intelectuales más lúcidos de este país. Es una pena que la gente no conozca quién fue. En ocasiones, no conocemos nuestra propia cultura y es lamentable que una persona que hizo tanto por el euskera y por nuestra cultura haya quedado medio olvidada», reivindica Ocáriz.

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