domingo, 29 de noviembre de 2020

Juan de Dios Román, in memoriam.

Para quienes nos gusta el deporte de balonmano y , como en mi caso que he sido entrenador de balonmano masculino y femenino durante 25 años,  árbitro y presidente de un club, la figura de Juan de Dios Román ha sido muy importante.

Por ello, en su recuerdo, quiero publicar el último artículo que escribió para el diario El Mundo

No se valora al balonmano español

  • JUAN DE DIOS ROMÁN

Sábado, 28 noviembre 2020 - 22:44

Este texto fue publicado en EL MUNDO el 27 de enero de 2020 tras conquistar España el Europeo de Balonmano en Suecia

 

Llevo años diciendo que al balonmano español no se le valora, al margen de que se sumen o no títulos, como el conseguido en Estocolmo. Me permito recordar que en la segunda edición del Campeonato de Europa ya fuimos medalla de plata. Y fue en 1996. Recientemente se han jugado tres finales seguidas. Ahora hemos revalidado el oro europeo. Y supone mérito suficiente. Dando un paseo por la historia vemos que son años de éxitos, y no suficientemente valorados. Pero ese es un problema del deporte español en general.

Una vez más volverá a hablarse de la gestión de este éxito. En momentos en que los clubes españoles estaban muy fuertes, eran estos los que sumaban para que la selección nacional fuera hacia arriba. Ahora, los clubes en España están más flojos y los jugadores buenos, muchos de ellos, compiten fuera. Cuando vuelven y se juntan en la selección nacional tienen buenos resultados y, con sus éxitos, también tienen que contribuir a que los clubes de aquí vayan hacia arriba. Es un juego amoroso. Aunque, en el día a día, es un problema económico.

Ahora estamos en año olímpico, a las puertas de los Juegos. Y se está demostrando que los deportes de equipo van a llegar en buen momento a la cita. En los cuatro años entre Juegos existen competiciones que te dan la imagen y el valor de cada deporte en cada ciclo. Y tenemos el hockey hierba. El baloncesto, que irá muy bien. El balonmano, que ya tiene la plaza en hombres y la tendrá seguro en mujeres. El waterpolo, donde la selección femenina ganó el oro de Europa y el masculino, la plata. Todos ellos están demostrando un enorme poder de cara al futuro y a Tokio.

Esta final frente a Croacia fue un ejemplo más de cómo sobrellevar el sufrimiento. Los jugadores eran conscientes de que no estaban jugando bien. Había un clima de temor en ambos equipos. Una sensación de fatiga, con los croatas más cansados que nosotros. La tensión superaba la calidad del juego. En ese sentido, lo que nos hizo ganar fue tener un punto más de concentración. Aunque también podía haber ocurrido lo contrario, porque Croacia demostró una enorme entereza. Aunque España tuvo un punto más de equilibrio en todo el partido. Fue justo vencedor de un duelo ajustado.

Esta generación, sin duda, está en su punto más alto de madurez. No hay que olvidar que hay jugadores que en su mayoría ya habían sido campeones de Europa, e incluso del mundo. Estamos ante un ciclo en el que nueve o diez jugadores pueden abandonar la selección nacional. Ya sea por su edad, ya sea porque aparezcan otros. Y tienen en los Juegos Olímpicos su gran objetivo. Por lo tanto, coincide todo. Madurez. Personalidad colectiva. Buen nivel. Es el estado ideal.

Ante la participación en Tokio, los deportistas tienen su expectativas, como los técnicos. Y la prensa tiene otras. Yo, como entrenador y seleccionador que fui durante muchos años, sé que mañana, o pasado, cuando se vaya olvidando la alegría de este título, en silencio, podrán ir pensando que tienen una ocasión en los Juegos. Esa será la mejor expectativa que puedan tener los jugadores. A partir de ahí, los medios de comunicación harán sus cálculos. Y dirán, si el balonmano español es el campeón de Europa, pues tendrá sus opciones. Muy bien. Pero eso al deportista no le llega. Debe evitarlo.

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